La obsesión de Hacienda que terminó con Fotoprix
La empresa culpa de su bancarrota a la Agencia Tributaria, que denegó el aplazamiento de la deuda y le embargó los ingresos sin previo aviso
«Hacienda somos todos». Esta afirmación, un viejo eslogan publicitario, seguro que no es compartida por el propietario y la plantilla de Fotoprix, el que fuera grupo de fotografía líder en España. Tras pasarlo muy mal a causa de la crisis y de su lenta adaptación a los cambios en el sector, consiguió salir del concurso. Pero seis meses después, como adelantó Economía Digital, ha tenido que presentar la liquidación empujada por Hacienda.
Las administraciones públicas han jugado un papel decisivo y quizás difícil de entender en la crisis de la cadena de fotografía propiedad de Porfirio González. En julio de 2016, después de dos años en situación concursal, llegó a un acuerdo con la banca y el resto de proveedores, que aceptaron una quita del 50%, y aprobó el convenio para salir al concurso. La Seguridad Social votó en contra, según fuentes del concurso.
Fotoprix logró así lo más importante, pero le quedó un escollo: los créditos privilegiados con Hacienda y la Seguridad Social, aproximadamente la mitad de su deuda con estas administraciones. Esta deuda se negocia aparte, y la empresa se encontró con resistencias a negociar, como explicó este medio.
Para poder continuar con la actividad, la empresa optó por pedir el aplazamiento de la deuda con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria en cinco años. La respuesta de Hacienda fue inexistente, según consta en el escrito de solicitud de liquidación de Fotoprix presentado por el abogado de Porfirio González.
Después de ignorar a la empresa, y siguiendo los procedimientos habituales en estos casos, el fisco procedió al embargo. El 23 de diciembre, a las puertas de las fiestas navideñas, cuando más factura, embargó todos los ingresos de las tiendas de Fotoprix a través de los TPV. Según la empresa, el 70% de sus ingresos diarios se hacen con tarjeta, por lo que entran a través de estos dispositivos.
Además, la empresa tuvo conocimiento por parte de algunos clientes de que la Agencia Tributaria se había puesto en contacto con ellos para comunicarles que debían hacer a Hacienda los pagos pendientes con Fotoprix.
La empresa intentó resolver esta situación negociando con el fisco. Hasta después de fiestas, el 13 de enero, no consiguió reunirse con un interlocutor de la Agencia Tributaria, que denegó tanto el aplazamiento de la deuda como levantar el embargo. Tras este último intento, el fundador y dueño de Fotoprix decidió presentar la liquidación.
Los motivos de Hacienda
Esta es la historia tal como la narró Porfirio González en la solicitud de la liquidación y como la contaron a Economía Digital varias fuentes vinculadas a la empresa o al concurso. La Agencia Tributaria no hizo comentarios al respecto. Lo que no contaba la solicitud de liquidación son los motivos del fisco, aunque otras fuentes sí que lo hicieron.
Hacienda somos todos, y por ello quería recuperar toda la deuda de Fotoprix. La banca aceptó recobrar sólo la mitad, pero el fisco quería más. Esa era su obsesión y jugó sus cartas. Durante el primer concurso, que se alargó entre julio de 2014 y julio de 2016, algunas compañías se interesaron por comprar la unidad productiva de la empresa, o una parte de ella, operación que se frustró con la finalización del proceso concursal.
Por ello, especulan fuentes conocedoras de la situación, tanto Hacienda como la Seguridad Social estaban interesados en la liquidación: si otra empresa la compra, tienen prioridad los créditos privilegiados –suelen ser las deudas con las administraciones–, con lo que habrían cobrado el 100% de la deuda en lugar del 50%. Los bancos, en cambio, se arremangaron y aceptaron la quita porque su deuda no es privilegiada y, en caso de venta, podrían no cobrar nada.
Con la salida del concurso no se produjo esta situación, pero ahora sí que es posible. Según las fuentes consultadas, algunas de las 60 tiendas propias, las mejor situadas, pueden tener interés, ya que aunque el negocio de revelado va a la baja, prácticamente no queda competencia. La web también podría interesar a otras empresas del sector.
Un cambio al que no llegó
Fotoprix cayó en concurso en 2014, víctima del cambio en el mundo de la fotografía. El auge de la fotografía digital y del móvil convirtió el revelado en residual, y su adaptación a este giro no fue lo suficientemente ágil. De hecho, en el convenio con sus acreedores se especificaba que debía dar más pasos hacia la modernización.
Según asegura ahora González, la empresa se encontraba ya mucho mejor que antes y durante el concurso, ya que había hecho sus deberes. No obstante, otras fuentes aseguran que no terminó de despegar pese a salir del concurso: cerró alguna tienda más y pagaba tarde las nóminas a la plantilla.
Fotoprix fue la cadena de revelado líder en España, llegando a las 300 tiendas y 700 empleados. Actualmente tiene unas 60 tiendas propias y otras tantas franquicias, y emplea a 200 personas, sumando personal propio y de sus franquiciados.