La ley de Cámaras abre otra brecha entre Junqueras y Puigdemont
Malestar en ERC por un anteproyecto que centraliza el poder cameral y abandona al territorio
La Generalitat ha logrado con su anteproyecto de ley de Cámaras poner a todo el mundo empresarial en su contra. Cámaras y patronales cargaron duramente contra el texto, que no fue consultado con ellas y que consideran centralista e intervencionista.
La última, este miércoles, Pimec, que denuncia que no tiene en cuenta las pymes. Pero las críticas no sólo llegan desde la empresa. La ley levanta ampollas también en parte del Govern y ha abierto una nueva fractura en Junts pel sí.
El Ejecutivo catalán aprobó la memoria de la ley de Cámaras hace un mes. Era un anteproyecto de la consejería de empresa, que comanda el convergente Jordi Baiget, pero ni siquiera lleva su sello. Lleva el de su antecesor, Felip Puig, y el del ex presidente Artur Mas, que buscaban crear una «estructura de Estado» con la nueva Cámara General de Cataluña.
Ahora se ha vuelto contra Baiget y Puigdemont y les ha enfrentado con el vicepresidente y consejero de Economía, Oriol Junqueras, líder de ERC.
El territorio pierde peso
La brecha nace de la implicación territorial que tiene la ley. Entre otras medidas, contempla la sustitución del Consejo General de Cámaras por la Cámara General de Cataluña. Es un cambio sustancial ya que el actual consejo no es más que la unión de las 13 Cámaras catalanas para decidir aspectos comunes. Pero el poder emana de las Cámaras repartidas por el territorio.
En cambio, la Cámara General de Cataluña tendrá más poder, más influencia y centralizará decisiones y reparto de dinero. Las 13 Cámaras catalanas, en un comunicado conjunto, denunciaron que la ley las convierte en «delegaciones», con un papel «meramente testimonial» y con el mismo peso para todas, independientemente del número de empresas a las que representen.
El hecho de que vayan a perder peso sublevó a estas instituciones. Algunos de los presidentes de las Cámaras territoriales se están dedicando a difundir en sus comarcas que, con la futura ley, tendrán menos dinero para hacer promoción económica. Esto no gustó a los alcaldes, y algunos de ERC mostraron sus quejas, lo que llegó a oídos de Junqueras.
Las 13 Cámaras catalanas, juntas contra la ley
El malestar de ERC es lo último que les faltaba a Puigdemont y Baiget para terminar de estrellarse con la ley de Cámaras. El sector denuncia que no se ha dialogado con ellos ni se les ha consultado, mientras el Govern se escuda en que es un borrador que se debe debatir. Por ahora, no se han iniciado las negociaciones, según han explicado fuentes cercanas a las Cámaras.
Desde el sector se ve la nueva ley como un intento de crear una «estructura de Estado» bajo el control de la Generalitat, y se critica que no desarrolla funciones previstas en la ley española. «No transpone todas las funciones que las CCAA pueden transponer descritas en la ley española ni otorga funciones nuevas. Es el desarrollo autonómico con menos funciones tras el de La Rioja», denunció el Consejo General de Cámaras de Cataluña, que preside Miquel Valls.
Las patronales se sienten ninguneadas
Las patronales tampoco se han quedado calladas. Foment critica que no ha sido consultada y que ni siquiera se le ha informado de la ley. «Es una iniciativa centralista que reduce a mínimos testimoniales la coordinación de las organizaciones empresariales con las cámaras catalanas. Replica, por tanto, lo peor de la ley básica del Estado», valoró Foment en un comunicado.
No gusta a las grandes empresas y tampoco a las pymes catalanas. Pimec denunció este miércoles que con el anteproyecto «disminuye mucho la representación de los autónomos, las micro y las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el 99,8% del tejido empresarial catalán». Además, «otorga a las patronales una representatividad testimonial, incluso inferior a la de la Cámara de Comercio de España».