La conexión ferroviaria del puerto de Barcelona genera polémica

El acceso a la nueva terminal en el Moll Prat desata las críticas de las empresas de la Zona Franca de Barcelona que se niegan a ver el polígono partido en dos

Puerto de Barcelona

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La Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) tiene prisas por empezar a construir la salida ferroviaria al Moll Prat. Esto ocurre ahora, cinco años después de que en mayo de 2006 adjudicara la concesión a la empresa Tercat, un acuerdo que significó la incorporación al proyecto de la compañía china Hutchison Port Holding, primera operadora mundial en servicios portuarios.

Esta decisión ha sido tomada después de que el pasado 14 de junio la comisión de Fomento del Congreso de los Diputados aprobase una resolución pidiendo a la Generalitat y al Gobierno una solución provisional y urgente al problema de accesos ferroviarios del puerto. A lo que se une el hecho de que el próximo año Hutchison-Tercat tiene previsto empezar con su operativa comercial.

Sin embargo, el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona y varias empresas del principal polígono industrial de Catalunya prevén que con la creación de la vía de ancho internacional que atravesará el polígono el área quede dividida en dos.

Rechazo por escrito

El delegado especial del Estado en el Consorcio, Manuel Royes; el consejero director general de Nissan, Ryouji Kurosawa; la directora general de Mercabarna, Montserrat Gil de Bernabé; el presidente de Serafransa y el director regional de Makro, Juan Miguel Jurado, han manifestado su negativa a este acceso ferroviario con un carta dirigida al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, al conseller de Política Territorial y Sostenibilidad, Lluís Recoder, y al delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel.

En la misiva, a la que ha tenido acceso Economía Digital, las empresas exponen su “rechazo frontal” a una vía “provisional” que, además de dividir la zona industrial y su conexión, también provocaría un colapso en la circulación “permanente”. Ahora, el tránsito de trenes de mercancías por la Zona Franca es débil y no ocasiona problemas de tráfico. No obstante, con la creación de la vía de ancho internacional las obras empezarían a dificultar el acceso a las industrias del polígono, al mismo Puerto de Barcelona, además de la movilidad entre la capital catalana y l’Hospitalet de Llobregat.

Por otro lado, las entidades firmantes de la carta insisten en que su negación ante el acceso no impide su “pública adhesión a la reclamación histórica de una salida de ancho internacional para las mercancías del Port”. “Es un asunto de ciudad, porque el polígono de la Zona Franca es trama urbana y no un descampado por el que se pueda tender vías libremente”, declara uno de los signatarios. Asimismo, afirman que, de llevarse a cabo las obras, éstas implicarían un grave perjuicio al centro productivo no sólo de la ciudad sino de Catalunya.

Otras salidas

Según fuentes del Consorcio de la Zona Franca, existen más alternativas a la decisión tomada por la APB. Una de ellas sería construir un tramo de bypass a la salida ferroviaria que tiene ya el puerto y que afectaría sólo a una nave industrial situada en el lugar donde se construiría este conducto.

A la espera de un acuerdo entre ambas partes, la Mesa de Movilidad del Plan Delta del Llobregat se reunirá el próximo martes para estudiar en profundidad la situación.

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