La CEOE arropa a Rosell para denunciar «las consecuencias» de la independencia de Cataluña
La patronal insiste en que "las decisiones que afectan a un todo, no pueden ser tomadas por una parte de ese todo"
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, es consciente de la dificultad de su posición. Es catalán. Entiende y conoce a la perfección la sociedad catalana, y sabe que algunas de las quejas que los independentistas llevan como bandera pueden estar justificadas, como el descenso en la inversión pública del Estado en Cataluña o el insuficiente modelo de financiación para atender los servicios públicos que presta la Generalitat.
Otra cosa es la apuesta por la independencia. Y en eso Rosell ha mostrado su rechazo con firmeza, aunque para algunos miembros de la patronal el tono ha podido ser excesivamente prudente.
El caso es que la Junta Directiva de la CEOE, y, de forma conjunta, la patronal de la pequeña y mediana empresa, Cepyme, arroparon con claridad a Rosell este miércoles, tras la carta firmada por el propio Rosell y el presidente de la Cámara de Comercio de España, Josep Lluís Bonet, en la que alertaban sobre el riesgo económico que supondría una Cataluña independiente.
Un difícil equilibrio
La patronal elaboró un comunicado en el que cerraba filas con Rosell. «Las consecuencias de una hipotética secesión de Cataluña del resto de España, de la UE y del euro serían muy graves para la economía, para las empreas y para el bienestar de los ciudadanos, tanto de Cataluña como del conjunto de España», se señala.
Rosell ha logrado, por tanto, el respaldo de su Junta, pese a las periódicas voces que surgen en la que se le reclama más firmeza con el asunto de Cataluña. No es el estilo de Rosell, en todo caso.
El presidente de la CEOE logró un acuerdo con su principal adversario en la patronal, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi. Para él fue una de las cuatro vicepresidencias que decidió constituir Rosell, para que la patronal fuera más operativa, porque había llegado a tener trece.
Lo que hizo Rosell fue nombrar, cuando fue reelegido en diciembre del pasado año, tres vicepresidencias que ocuparon los hombres que le habían apoyado: los presidentes de la patronal madrileña, Juan Pablo Lázaro; de la catalana, Joaquim Gay de Montellà, y de la valenciana, José Vicente González. Tras ganar a su adversario, Garamendi, por un estrecho margen, 345 votos, por 312 del presidente de Cepyme, prefirió sellar la paz con una cuarta vicepresidencia.
Cataluña, «parte importante y necesaria»
Rosell, por tanto, asume ese difícil equilibrio. Pero la Junta, en el delicado y espinoso asunto catalán, le mantiene el apoyo. En el comunicado se insiste en que España es uno de los países más antiguos de Europa, y que Cataluña «es una parte importante y necesaria». Pero se añade, con claridad, la oposición al llamado derecho a decidir, al señalar que «las decisiones que afectan a un todo, para ser legítimas, no pueden ser tomadas por una parte de ese todo».
Eso si, como ha apostado Rosell en los dos últimos años, la organización patronal reclama un esfuerzo de todas las partes, «para facilitar la convicencia dentro de los márgenes que permite el ordenamiento jurídico». Y se precisa que se hace «un llamamiento porque nunca es tarde para el diálogo».
En Cataluña, la patronal ha ido más lejos, y Gay de Montellà insiste en que una de las soluciones debe ser el pacto fiscal, con una relación bilateral con Cataluña, fuera del corsé que ha representado hasta ahora la Lofca, la ley orgánica de financiación autonómica.