KPMG revisó y no alertó de los contratos fraudulentos de Dia con los proveedores
Los auditores de la cadena aprobaron las cuentas sin ninguna salvedad pese a las irregularidades. La Audiencia Nacional investiga 5.000 correos internos
Los focos en la Audiencia Nacional se los lleva Ricardo Currás, pero para que el exconsejero delegado de los supermercados Dia pudiese orquestar el falseamiento contable entre 2016 y 2017 del que se le acusa otros tuvieron que mirar para otro lado. Es aquí donde las miradas se centran en la auditora KPMG, que supervisó específicamente algunos de los contratos presuntamente fraudulentos y no levantó la voz en ninguno de los informes.
El juez Alejandro Abascal parece no estar convencido del papel de los auditores, vistos los pasos dados desde que el procedimiento arrancó en junio. Como argumento cuenta con el informe elaborado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La conclusión del documento es clara: «existen indicios de disconformidad» alrededor de la actuación de KPMG.
La big four aprobó sin ninguna salvedad las cuentas de los ejercicios 2016 y 2017, los que presuntamente fueron inflados para incrementar el Ebitda para que Currás y su cúpula pudiera cobrar los bonus estipulados en el contrato. «Para el auditor, las cuentas expresaban la imagen fiel del patrimonio y la situación financiera de la entidad», advierte el regulador bursátil en el informe al que ha tenido acceso Economía Digital.
La práctica más utilizada de los supermercados para recortar los gastos era la aplicación de descuentos a los proveedores en los últimos meses del ejercicio que se reembolsaban en enero, señala el documento. Así se reducía la factura de las mercancías y se elevaba artificialmente el Ebitda.
Currás dio la orden de recortar el pago a proveedores a finales de 2017 para compensarlo con intereses en 2018
Como ejemplo: «En enero de 2018, durante el cierre contable del ejercicio 2017, siguiendo las instrucciones del consejero delegado (Ricardo Currás), el director de compras de Dia ordenó la directora de Red Libra –una sociedad compartida con Eroski— la negociación con una serie de proveedores de unos descuentos adicionales en 2017 que les serían compensados con un incremento de los precios de un 15%, pero a partir del 1 de enero de 2018″.
El magistrado se preguntó como pudo ser que los auditores no se percataran de las irregularidades e imputó a los dos socios que firmaron las cuentas, Carlos Peregrina y María Lacarra. Declararon el pasado 27 de noviembre y ambos coincidieron en su defensa: ninguno de los dos detectó las irregularidades porque eran demasiado pequeñas.
Sin embargo, su versión chirría con las evidencias detectadas por la CNMV. En el informe, el regulador bursátil avisa de que KPMG tuvo en sus manos algunos de los contratos con proveedores modificados y no levantó la voz de alarma en ningún momento. «Algunos de esos proveedores (afectados por las prácticas de Dia) fueron seleccionados por KPMG en el transcurso de la auditoría de 2017 para su verificación», señala el informe.
La Audiencia Nacional analiza más de 5.000 correos de KPMG
La citación judicial de la Audiencia Nacional se produjo después de que el juez haya expresado desde el mes de junio sus sospechas sobre el papel del auditor en el escándalo. En verano, el magistrado ya solicitó a la big four no solo toda la información cruzada sobre las auditorías practicadas a la cadena de supermercados, sino también detalles sobre las personas que trabajaron en ellas y el papel que desempeñaron.
En septiembre, la Audiencia Nacional decidió ir un paso más allá e imputar a ambos auditores al no haber detectado alertado de ninguna salvedad en los 28 años que la firma validó las cuentas de la empresa hasta 2018, cuando pasó a ser propiedad del magnate Mikhail Fridman. Además, el tribunal analiza ahora más de 5.000 correos electrónicos internos enviados por la auditora.
Pero ni el juez Abascal ni la CNMV son los únicos en criticar el desempeño de la auditora. Ya en la junta de mayo de 2018, cuando Fridman tomó el control de la cotizada, varios accionistas reprocharon a KPMG su inacción. Muchos llegaron motivados por la casa de análisis PIRC, dedicada al asesoramiento sobre el derecho de voto a accionistas. Alertó de las acciones de la firma y dio la recomendación de oponerse a su reelección como auditora. Por culpa del consejo, la reelección de la organización fue la segunda medida que más votos en contra cosechó.