Junta de Saba: nadie da el paso y todos miran a La Caixa
Saba celebra la junta anual de accionistas sin los cambios previstos en el accionariado y a la espera de que algún fondo o Criteria presenten oferta
Los accionistas del líder español de aparcamientos, Saba, se mirarán unos a otros en la junta de este martes, pensando algo así como “¿y tu oferta?”. Esta junta ordinaria tenía que ser la que levantara acta de un cambio importante en su accionariado: o nuevo propietario o La Caixa como accionista único. Para eso se cambió la fecha, pero ni así.
Ni La Caixa, primer accionista de la empresa que preside Salvador Alemany con el 50,1%, ni los fondos que se barajaba como postores por Saba, han dado el paso esperado en las últimas semanas de presentar una oferta por el 100%. Así, lo que los propietarios del 49% que querían vender tendrán que esperar.
Torreal (20%), KKR (18,2%) y ProA (10,5%) plantearon el año pasado la venta de la compañía, al considerar que habían cumplido un ciclo en la misma. Criteria, el holding de participadas de La Caixa, no se mojó y se guardó la opción de vender si la oferta era buena o lanzar una oferta por el 100%. Sigue a la espera.
Ningún fondo de inversión ha presentado oferta por Saba y Criteria sigue esperando antes de tomar una decisión
Se filtró el nombre de dos fondos de inversión estarían interesados en Saba: serían Macquaire y Arcus, que llegarían de la mano del holding de Juan Abelló y de KKR y ProA. Pero ninguno de ellos ha puesto, por ahora, una oferta encima de la mesa. Se llegó a hablar de un valor de 1.400 millones por el 100% de la empresa de aparcamientos, algo que ha sido puramente especulativo, y negado –por excesivo– por fuentes del sector.
La junta de accionistas se acercaba –estaba convocada para el 8 de mayo– y no aparecía oferta alguna. Lo que empezó a aparecer fueron voces, interesadas, que decían que La Caixa sí daría el paso. Fuentes financieras explicaron que, con valoraciones por encima de los 1.000 millones, el único paso que daría sería vender. Por debajo, podía planteárselo.
Los accionistas en posición vendedora no están, por ahora, dispuestos a bajar más el precio, ni Isidro Fainé a subirlo. Por ello, posponer la junta no sirvió de nada: se llega a ella sin cambios en el accionariado. No era obligatorio que estos se produjeran antes de la junta, pero sí práctico, para no tener que celebrar una junta extraordinaria cuando se agite la composición accionarial de Saba.
La venta de Saba, sin presión ni ‘timings’
La situación con respecto a las últimas semanas ha cambiado poco, pero superar la junta significará quitarse la presión que ejercían los interesados en cerrar la venta antes. No hay problema en hacerlo después, si hay opción, y tampoco hay timings, por lo que la venta se puede demorar.
De dicha demora pueden hacerse dos interpretaciones: que quien quiere presentar una oferta necesita su tiempo, por lo que podría tratarse de un fondo; o que no hay tal interesado y todos miran a Fainé. Hay que ver si en la junta le sale algún grano molesto, o si los accionistas interesados en vender se mueven o presionan. Pero en la junta serán los mismos del año pasado.