Inditex es la única textil que controla estrictamente a sus proveedores
Inditex es la única multinacional textil en el mundo que explicita toda su cadena de suministro y permite el acceso de los sindicatos a las fábricas
En una visita a la fábrica de un proveedor de Inditex en Marruecos el año pasado, los propietarios impidieron el paso al sindicato local. Se trataba de una de las actividades de comprobación que se realiza en base al Acuerdo Marco Global que firmó la multinacional gallega el 4 de octubre de 2007 para garantizar el trabajo digno en su cadena de suministro.
Los sindicatos llamaron a Arteixo inmediatamente. Inditex aseguró al día siguiente a IndustriALL Global Union que el problema estaba solucionado. Víctor Garrido, sindicalista de CC.OO. y coordinador del Acuerdo Marco Global, visitó de nuevo la fábrica de Casablanca este año y atestiguó en un informe que se había restablecido la colaboración entre sindicatos y dirección. El director de recursos humanos de la empresa había sido despedido.
H&M firmó un pacto para proteger las condiciones dignas de trabajo entre sus proveedores siete ocho años después de Inditex y tras la tragedia de Bangladesh
“El objetivo es garantizar el trabajo decente en el mundo”, zanja Garrido en el décimo aniversario de aquel acuerdo, que permite fiscalizar la red de proveedores de la multinacional textil en países como Bangladesh, Vietnam o la India. Con el de Inditex como pacto pionero, se firmaron medio centenar de acuerdos con distintas industrias y solo cuatro con multinacionales textiles. H&M firmó un pacto similar ocho años después de Inditex, en 2015, y pasados dos años del derrumbe del edificio de Rana Plaza (Bangladesh), “un homicidio industrial en el que murieron más de 1.000 personas”, según lo define Garrido. De los cuatro del sector textil, solo Inditex garantiza el acceso a las fábricas de los sindicatos locales.
El pacto parte de un espíritu de sostenibilidad y condiciones dignas de trabajo en base a la Declaración de Derechos Humanos y a los derechos laborales que establece la OIT, y el sindicalista define sus tres puntos clave.
1) Que se entregue a los sindicatos el listado de fábricas y su ubicación en toda la cadena de suministro, incluyendo a las subcontratas. En España, “solo Inditex entrega este listado”. También “lo está haciendo Mango”, que ultima su propio Acuerdo Marco. El Corte Inglés, Cortefiel o Desigual, que también buscan producto a bajo precio alrededor del mundo, están aún lejos de los compromisos de Inditex.
2) Que se permita la entrada a las fábricas de los sindicatos locales. “Inditex es la única que garantiza esto”, asegura Garrido. La red de suministro de la compañía de Amancio Ortega está formada por 6.500 fábricas de 50 países con 1,5 millones de trabajadores, según datos de 2015. El destacamento para las visitas a los talleres está formado por personal de RSC de Inditex y representantes de los sindicatos internacionales y de los sindicatos locales. Se han visitado más de un centenar de fábricas. Solo en Turquía, la multinacional recurre a 1.500 talleres. Sin la colaboración de los sindicatos locales, la misión es imposible.
3) Que el desarollo del programa esté coordinado por el sindicalismo internacional. “El acuerdo marco con Inditex es el instrumento más poderosos en la práctica del sindicalismo internacional. Se ha demostrado que ha incidido positivamente en las condiciones de vida y trabajo de otros países. Para nosotros, este es un objetivo consciente y una exigencia en el camino para conseguir el pleno respeto de los derechos fundamentales del trabajo”, asevera Garrido.
El coordinador del pacto –antes lo fue Isidor Boix— constata una clara mejoría en el desarrollo del programa y en la sensibilidad de las empresas, a la que dio un vuelco el siniestro de Bangladesh. A partir de entonces, los códigos de conducta y la RSC de las multinacionales textiles se hicieron proactivos en la vigilancia de las condiciones laborales y en la trazabilidad de la cadena de suministro. Una prueba son el incremento de las auditorías sociales en la red de proveedores que realizan las propias empresas.
El pacto con Inditex ha sentado las directrices para el resto de acuerdos. Mango ha comenzado a trabajar en la misma dirección
Otra prueba es que el trabajo inicial implicó actuaciones contra el trabajo infantil y el trabajo esclavo, mientras que ahora la principal preocupación son las jornadas abusivas y los salarios bajos que se detectan, por ejemplo, en Bangladesh. El desarollo del propio Acuerdo Marco Global prueba las contradicciones de Inditex, que se benefició de trabajadores explotados, y que ahora está, entre los que más trabajan en el mundo para acabar con la explotación.
El otro gran problema con el que topa el acuerdo es la debilidad de los sindicatos en algunas zonas. Por ejemplo, en el caso del sindicato vertical chino, “que por momentos está pervertido y no funciona como un sindicato”, dice Garrido. Por este motivo se trabaja en el impulso del sindicalismo en los distintos territorios y se incorporó la figura del “experto sindical” para realizar esta tarea, pero todavía se encuentra en una fase primigenia de implantación.
Las multinacionales textiles pagaron los salarios de los trabajadores de un proveedor mientras construía una nueva fábrica porque la antigua estaba deteriorada
Hay más dificultades. Las prácticas de las castas indias y las «niñas esclava» del sumangali, la tragedia de los refugiados en Turquía combinada con fábricas que llegan a tener 80.000 trabajadores o las brutales prolongaciones de jornada de Bangladesh. Pero Garrido asegura también que puede poner «40.000 ejemplos» de avances satisfactorios. Uno muy simbólico se produjo en Bangladesh al detectar una fábrica con claras debilidades en su estructura. El problema principal eran las visibles grietas en los paramentos, que podrían derivar en un riesgo de derrumbe. El empresario construyó un nuevo taller y las multinacionales a las que abastecía, entre ellas Inditex, abonaron los salarios de los trabajadores durante los seis meses que tardó en estar operativa la nueva fábrica.
«Ha habido una evolución por todas las partes, sindicatos y marcas. Se están implementando actividades y las marcas han tomado responsabilidad. Inditex ha sido la punta de lanza, pero han sido prácticamente todas las que han implementado auditorías sociales. Se acaba de aprobar en el Parlamento Europeo una iniciativa para garantizar las condiciones laborales dignas. Se está produciendo un cambio y tenemos que participar de él», asegura Garrido.