Iberpotash tardará medio siglo en eliminar su montaña de sal
Está a punto de acabar la obras de la primera planta de sal vacuum de Súria, que aprovechará los residuos acumulados durante décadas en la escombrera
La compañía minera Iberpotash, filial del grupo israelí ICL, presentó el 31 de diciembre pasado un plan de restauración de la montaña de sal del Cogulló, pendiente aún de validación por parte de la Generalitat, que prevé la eliminación total de esta escombrera de la comarca del Bages (Barcelona) antes de 50 años.
En declaraciones a Economía Digital, portavoces de la compañía minera aseguran que se trata de un «plan realista» que pasa por el cierre de la mina de Sallent y por la construcción de dos plantas de producción de sal de alta calidad (sal vacuum) en Súria.
Las obras de la primera planta de sal vacuum acaban en abril
La primera de estas plantas estará finalizada en unas semanas y, después de un período de pruebas de seis o siete meses, entrará en funcionamiento antes de finalizar el año. Equipada con la mejor tecnología disponible, producirá 750.000 toneladas anuales de sal vacuum utilizando para ello los escombros del Cogulló. La inversión asciende a 40 millones de euros y empleará unas 60 personas, más de un tercio de los cuales serán ingenieros químicos.
La segunda planta de sal vacuum, clónica a la anterior, estará lista en 2019. Con las dos instalaciones en funcionamiento se alcanzará una producción de 1,5 millones de toneladas anuales de sal de alta calidad, con una pureza del 99,7%, que se destina a la industria química y también a la alimentación humana y animal.
El Cogulló iniciará su «decrecimiento» en 2019
En tres años, cuando se haya cerrado las galerías de Sallent y las dos plantas de producción de sal vacuum estén a pleno rendimiento, se dejarán de verter los residuos salinos que se extraen de las minas en las escombreras y comenzará su «decrecimiento».
ICL Iberia, la empresa matriz de Iberpotash, firmó el año pasado un acuerdo de larga duración con AkzoNobel por el cual esta multinacional holandesa se compromete a comprar, para su posterior comercialización, toda la sal vacuum que sean capaces de producir las plantas del Bages.
Una montaña de 500 metros de altura
En la explotación de la minas, por cada tonelada de potasa se extraen tres toneladas de sal, pero, en la actualidad, solo era posible colocar en el mercado la mitad de la sal y el resto se depositaba en escombreras como la del Cogulló.
Después de casi noventa años de vertidos, el Cogulló se ha convertido en una montaña de 500 metros de altura que ocupa una superficie de 50 hectáreas. Iberpotash es titular de la explotación minera desde 1998, cuando la adquirió a la SEPI.
Invierten 9 millones de euros anuales en la gestión de las escombreras
Los portavoces de la compañía minera niegan que se trate de una montaña abandonada: se invierten 9 millones de euros anuales en la gestión de las escombreras de Cogulló (Sallent) y el Fusteret (Súria), y se mantiene la infraestructura para evitar que las aguas pluviales que entran en contacto con la sal acaben en el río Cardener, afluente del Llobregat. La compañía colabora en la financiación de los colectores de salmorras.
Los indicies de salinidad del río no se deben a las minas y a sus escombreras, insisten los portavoces de Iberpotash, sino a la cuenca, que es salina, también en los tramos que se encuentran más arriba de la explotaciones mineras.
El Tribunal Supremo exige el cierro del Cogulló
En septiembre pasado, el Tribunal Supremo rechazó el recurso de casación interpuesto por Iberpotash y la Generalitat a una sentencia anterior del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por el que anulaba la licencia ambiental y obligaba al cierre del Cogulló. Un juzgado de Manresa también ha imputado tres altos cargos de la Generalitat y de Iberpotash por un presunto delito ambiental.
La Comisión Europea envió el pasado año un informe al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en el que expone dudas sobre la actuación de la Generalitat en el control de los residuos mineros del Bages. Ahora deberá decidir si Europa emprende acciones judiciales.
En realidad, las resoluciones judiciales se refieren a la actuación de las administraciones públicas con respecto Iberpotash pero no directamente a la empresa.
La Generalitat debe aprobar el Plan Director Urbanístico antes de fin de año
En noviembre pasado, ICL Iberia firmó un convenio con la Generalitat para garantizar el futuro de la minería del Bages y para poner fin a los «pasivos ambientales históricos». En virtud de este acuerdo, Iberpotash se comprometió a elaborar un plan de restauración del Cogulló, que ya ha presentado, y la Generalitat deberá aprobar un Plan Director Urbanístico (PDU) de los municipios de minería potásica del Bages antes del 31 de diciembre de este año.
El convenio entre Iberpotash y la Generalitat establece que la minería del Bages es de «interés público y estratégico» para el país y que su futuro pasa «necesariamente» por el Plan Phoenix, a través del cual ICL realizará inversiones por importe de 280 millones de euros hasta 2018.
Una rampa para acceder a 900 metros de profundidad
El Plan Phoenix prevé el cierre de la mina de Sallent, como muy tarde a principios de 2019, y centralizar la extracción en Cabanasses, en Súria. Para ello se ha construido una gran rampa para acceder a 900 metros de profundidad.
Con el cierre de las galerías de Sallent, se dejará de verter residuos salinos en el Cogulló y, cuando entren en funcionamiento las plantas de tratamiento de Súria, se aprovecharán estos escombros para obtener sal vacuum para la industria. El Cogulló desaparecerá, pero no será de un día para otro.