Iberdrola opta por el ‘wait and see’ en Siemens Gamesa… ¿hasta cuándo?
Sánchez Galán evita por ahora la guerra en Gamesa pese a que Siemens tumbó sus puntos del día en la junta. Las pequeñas victorias alientan a Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán está incómodo en Siemens Gamesa, pero no lo suficiente como para romper la alianza. Al menos de momento. Iberdrola salió aparentemente derrotada de la junta del viernes, puesto que Siemens, con el 59% de las acciones de la compañía de aerogeneradores, tumbó los dos puntos del día que la eléctrica española impuso para incrementar el control sobre su participada. Pero Galán no lo ve exactamente así.
Iberdrola, que tiene el 8% de Gamesa, se planteaba sacar a relucir el artículo del pacto parasocial con Siemens que le permite forzar a su socio a comprarle sus acciones a buen precio. Pero ha puesto esta opción en la nevera. Galán ha optado por el wait and see, esperar y ver si Marckus Tacke reflota Gamesa antes de tomar medidas drásticas. Tiene intereses económicos y de negocio para ello, pero también prefiere esperar porque no considera la junta una derrota. Prefiere ver las pequeñas victorias.
Siemens, con mayoría, tumbó los dos puntos del día de Iberdrola, y ambas empresas tuvieron un cruce de reproches. Pero la eléctrica española sí que considera que logró algo. Iberdrola había pedido que se asegurase que la sede de Gamesa seguirá en España y que se reforzase “el gobierno corporativo en materia de operaciones vinculadas, para la protección de los accionistas minoritarios frente al riesgo de administración de hecho por parte del accionista mayoritario”.
Galán prefiere esperar para romper Siemens Gamesa porque cree que se llevó alguna victoria de la junta
La compañía alemana los rechazó, pero concedió una pequeña victoria a Iberdrola. Siemens no aceptó los elementos de control que quería introducir Galán, que perseguía vigilar más de cerca las operaciones entre Gamesa y su matriz, pero sí que cedió parcialmente, al decidir que la consultora Pwc audite si las operaciones de compras y contrataciones de servicios entre Siemens y Gamesa son correctas.
No es lo que Galán quería, pero le manda dos mensajes: se ha entendido su preocupación y se vigilarán mejor las operaciones. Por ello, está hoy algo más tranquilo que el viernes, pese a que sigue muy atento a su participada.
El pacto parasocial en Gamesa, en estado precario
Iberdrola cree que Siemens puede estar incumpliendo el pacto parasocial entre ambas compañías con los contratos del gigante alemán con su filial vasca de renovables. Si Galán es capaz de demostrar estas sospechas, podría activar la cláusula del mismo pacto, firmado tras el acuerdo de fusión en 2016, que le permite salir en unas muy buenas condiciones.
El pacto establece que, en caso de incumplimiento, Iberdrola puede exigir a Siemens que le compre su 8%, pero no a precio de mercado sino a 22 euros por acción o a su cotización actual más una prima del 30%. Así, tendría derecho a cobrar algo más de 1.200 millones por su participación, aunque a precio de mercado está sobre los 700 millones.
Iberdrola admite que la crisis de las renovables no es culpa de Siemens y le da más tiempo para encauzar Gamesa
¿Por qué no lo hace? Para empezar, quería dar una oportunidad a Siemens en la junta, y aunque no aceptó sus propuestas, sí que considera que las tuvo en cuenta. Pero hay más motivos de fondo. El más importante, económico, ya que Iberdrola tiene muchos contratos con Gamesa, que es uno de sus principales proveedores, que podrían correr riesgo.
El segundo motivo es de negocio. Cierto es que a Galán no le ha gustado la deriva de Gamesa desde la fusión. Llegó a perder más de la mitad de su valor en bolsa a causa de dos revisiones a la baja de sus previsiones de resultados y cayó en los números rojos. Para arreglarlo, Siemens renovó la cúpula con la llegada de directivos alemanes.
Pero lo que en Iberdrola no niegan es que la crisis del sector en los dos últimos años ha sido muy importante. Siemens Gamesa es como un matrimonio que empezó con crisis ya en el viaje de novios por factores externos, como las dificultades en India y los Estados Unidos. Y entienden que se necesita tiempo para resolverlos. Por ello, si Siemens acepta más control y va en la buena línea, Galán le dará ese tiempo.