Guerra abierta entre Blackrock y el Santander por el nuevo préstamo a Abengoa
La gestora estadounidense y la entidad española, al frente de bonistas y financieras, discrepan del interés del 25% que los bonistas quieren cobrar por el nuevo préstamo de 160 millones, con el que la multinacional sevillana aguantaría hasta el 28 de marzo, cuando vence el plazo del preconcurso de acreedores
Desencuentro al más alto nivel entre los bonistas y los bancos acreedores de Abengoa a cuenta del nuevo préstamo de 160 millones de euros que la multinacional sevillana necesita para aguantar hasta el próximo de marzo, fecha en la que finaliza el preconcurso de acreedores, y que, de no llegarse a un acuerdo, acabaría de llevar a la empresa a la quiebra al grupo todavía controlado por la familia Benjumea.
Al frente de las dos posturas, dos colosos. La macrogestora de fondos estadounidense Blackrock, por parte de los bonistas, y el Banco Santander, como mayor acreedor financiero, encabezando el denominado G-7, en el que, además de la entidad presidida por Ana Botín, se encuentran los españoles Bankia, Popular, Caixabank y Sabadell, y los extranjeros HSBC y Crédit Agricole.
El interés de la discordia
En diciembre, los bancos, junto al Instituto de Crédito Oficial (ICO), concedieron a Abengoa un crédito de 106 millones de euros con el que hacer frente a los gastos generales, sobre todo el pago de las nóminas a sus 24.000 empleados, 6.700 en Andalucía.
Y, ahora, son los bonistas los que han movido ficha para facilitar esos 160 millones. Pero el interés del préstamo entre uno y otro ha provocado el enfrentamiento. Mientras que los bancos lo concedieron al 5%, los bonistas quieren elevarlo hasta el 25%. Y los primeros no tragan, de momento, aunque a Abengoa no le quedará otra que aceptar al no haber más alternativas.
A la greña por la quita
Mientras se sustancian los términos del nuevo préstamo, tanto bonistas como acreedores también andan a la greña por el nivel de quita de deuda corporativa que se está barajando, de unos 6.000 millones, para dejarla en 3.000.
A los bonistas, el asunto no les viene tan mal. Han comprado deuda en los últimos meses en torno al 15% del valor nominal, por lo que, aun con una quita del 80%, ganarían el 5%. En cambio, para los bancos, el agujero sería considerable. Y, aunque no descartan negociar una quita, su estrategia en esta reestructuración financiera de Abengoa pasa por capitalizar la deuda y poner en marcha préstamos participativos.
Despidos a mansalva
La reducción de deuda corporativa en esos 6.000 millones viene determinada por el plan estratégico elaborado por Álvarez & Marsal, que consiste en la reducción de un 40% de los ingresos y del ebitda.
La empresa pasará de facturar 7.500 millones a unos 4.500 millones, mientras que el beneficio operativo se reducirá hasta los 600 millones, frente a los 1.400 de 2014. También conllevaría un buen número de despidos. Más de 10.000 a nivel global, de los que unos 1.700 lo serían en España.