Fridman no arregla las pérdidas de los franquiciados de Dia
El nuevo modelo 20 20 hace que las franquicias paguen la mercancĂa una vez vendida, pero muchos de los afectados lamentan que los nĂşmeros siguen sin salir
Dia presentó el pasado mes de septiembre su nuevo modelo de franquicias para tratar de desmarcarse de las polémicas que le acompañaron durante los últimos años. La cadena de supermercados hizo oficial el lanzamiento de su modelo 20 20 que lleva implementando progresivamente desde comienzos de año, y a las pocas semanas los franquiciados repiten las mismas quejas que formularon con la anterior versión. La pregunta se hace evidente: ¿puede Mikhail Fridman rentabilizar el sistema? Por el momento, parece que no.
Dos franquiciados diferentes explican a Dia que trabajan con el nuevo sistema desde hace varios meses y que ya sufren problemas de liquidez en su establecimiento. El principal cambio introducido –el franquiciado paga un porcentaje de las ventas y no la mercancía que recibe— no sirvió para que muchos asociados llegasen ni siquiera a ganar dinero a las pocas semanas de su introducción.
A pesar de la nueva manera de afrontar los pagos, la compañía sigue sin abonar la totalidad de las ofertas y los cupones que pone a disposición de los clientes. Aunque la cotizada ha reducido su agresividad comercial, buena parte del margen es soportado por los franquiciados, que deben vender algunos artículos a pérdidas con la confianza de recuperarlo a través de otros productos.
Además, los franquiciados también deben sufragar, a parte del pago de la mercancía, los salarios de sus trabajadores, la luz y demás gastos operativos en una cuenta a parte. Entre los costes fijos y el golpe que suponen las promociones se forma un agujero que ya arrastra a varios franquiciados a quedarse sin efectivo.
JP Morgan ya advirtió a Dia: «Creemos que un modelo de franquicias sostenible es uno en el que los franquiciados obtienen buenos beneficios»
Y encima, los franquiciados de Dia ven como la deuda con la empresa se hace cada vez más grande. Antes, al abonar el coste de la mercancía cuando llegaba el camión de reparto, tenían la posibilidad de gestionar la llegada de estos envíos y, a cambio de disponer de menos productos, espaciar los pagos. Ahora, «cada jornada de venta se genera un pasivo que hace más grande la cantidad que debemos», explica uno de ellos.
Con la pérdida de control sobre la materia prima que llegan, algunos incluso llegan a sentirse de nuevo empleados de la cotizada que controla Mikhail Fridman.
Así, los mismos fantasmas vuelven a aparecer sobre la compañía, y en el sector surge una duda que para algunos es cada vez más clara: «Unos supermercados con los márgenes tan bajos jamás serán rentable para los franquiciados». De hecho, JP Morgan ya le avisó en 2015, con Ricardo Currás todavía al mando de las operaciones: «La compañía corre el riesgo de sufrir una deserción de sus franquiciados […] la mayoría ganan muy poco dinero o directamente ni ganan dinero […] creemos que un modelo de franquicias sostenible es uno en el que los franquiciados obtengan buenos beneficios”, advertían los analistas.
Pese a que el modelo comienza a chirriar, Dia pretende que a comienzos de 2021 el sistema 20 20 ya esté totalmente implementado. «Primero te lo ofrecen como voluntario, pero si te niegas te advierten de que no te renovarán el contrato cuando caduque», avisa otro de los franquiciados.
La presión comercial se produjo incluso durante el estado de alarma, cuando los dirigentes de la organización comenzaron a utilizar estas técnicas para adherir a los franquiciados al sistema, tal y como explicó este jueves Economía Digital.
El objetivo de Dia es captar 500 nuevos franquiciados
Según dijo la cotizada en el último encuentro realizado con la prensa, la voluntad es la de captar 500 nuevos franquiciados en un lapso de tres años. A finales de septiembre, 700 de las 1.300 franquicias ya habían suscrito las nuevas condiciones.
Durante la presentación, el director de logística y franquicias de Dia España, Iván Martín Martín, evitó hacer autocrítica del anterior modelo y se limitó a asegurar que la nueva organización «es mejor» y deja atrás «las complejidades» en los pagos de la antigua.
Las quejas no le resultarán nuevas, pues la batalla entre la empresa y numerosos exfranquiciados ya dura desde hace años. Distintas asociaciones de afectados como Asafras denunciaron malas condiciones en el trato, mientras que muchos otros franquiciados a título individual han demandado a la compañía y obtenido sentencias a su favor.