Fomento presiona a Abertis para que pacte el ERE de Aumar
Fomento teme que el ERE de Abertis complique el traspaso de las autopistas aunque se cubrirá la espaldas
El traspaso de las autopistas gestionadas todavía por Aumar, propiedad de Abertis, al Gobierno está sufriendo más contratiempos de los que cabría esperar. Ya no solo es que la compañía no esté colaborando de forma proactiva, es que además su forma de afrontar la subrogación de empleados y el futuro ERE en Aumar ha puesto en alerta al Ministerio de Fomento.
Abertis pretende hacer un expediente de regulación para despedir a los trabajadores de Aumar que no puedan pasar a la empresa que se ocupará del mantenimiento a partir del 1 de enero. El Gobierno ha decidido quitar los peajes por lo que licitará un contrato solo de mantenimiento, al que Abertis no tiene previsto presentarse.
Se calcula que los empleados subrogados, los que seguirán con el nuevo contrato, serán unos 140 de 297, por lo que el ERE alcanzará a casi 160 personas. El conflicto puede nacer del hecho que tiene intención de hacerlo sin voluntariedad, lo que iría contra el convenio de autopistas de Abertis.
Fuentes sindicales explicaron que la compañía propiedad de Atlantia, ACS y Hochtief se escuda en el convenio de la construcción, que será el que aplicará una vez los empleados hayan sido subrogados y trabajen ya para la empresa que gane el concurso para el mantenimiento de los distintos tramos de la AP-7 y la AP-4. Ese convenio contempla la subrogación y la posibilidad de hacer un ERE que afecte al resto de la plantilla.
Abertis: su convenio contra el de la construcción
No es un invento de Abertis utilizar este convenio, se ha hecho anteriormente. El problema está en que existe una contradicción entre el convenio de la construcción y el de Abertis. El de la compañía establece que no se hará ningún despido colectivo y que si, solo en caso de fuerza mayor, se lleva a cabo, se hará con acuerdo y primará la voluntariedad. Además, establece las indemnizaciones: se equipararán a las del despido improcedente, es decir, 45 días y 33 días desde la reforma laboral del PP.
La contradicción entre convenios ha enfrentado a Abertis con el comité de empresa, que considera que, aunque puedan aplicarse partes del convenio de la construcción, debe prevalecer el convenio de Abertis. Es decir, están pidiendo que la compañía dirigida por José Aljaro se siente a hablar con ellos para pactar el ERE, lo que redundará en mejores condiciones para los despedidos.
Los sindicatos creen que podría resolverse de forma poco traumática si se plantea para todo el grupo, porque habría un volumen importante de prejubilados. Luego se tendría que afinar con movilidad geográfica, moviendo a los empleados de Aumar que no se subrogaran pero quisieran seguir trabajando hasta otras autopistas. Esta propuesta debería ir acompañada de una oferta económica atractiva.
Viendo que la empresa y su máxima responsable en el área de autopistas, Anna Bonet, no tienen intención de tomar ese camino, como reclaman los sindicatos, desde el comité de empresa han llevado esta reivindicación hasta el Ministerio de Fomento. En los últimos días, directivos del área de carreteras del ministerio de José Luís Ábalos se han visto con mandos de Abertis y también con representantes de la plantilla, que le entregaron un documento con sus reivindicaciones.
El Ministerio de Fomento se pone en alerta
Explican fuentes de las negociaciones que el ministerio, ante la información que han recibido desde los sindicatos y con la experiencia de poca colaboración de Abertis, le han visto las orejas al lobo con el ERE. En principio no les afecta para lanzar los pliegos del concurso para adjudicar el mantenimiento de los tramos de la AP-7 y la AP-4 de Aumar. Pero temen que si Abertis opta por la vía unilateral con el expediente de regulación, los despedidos puedan denunciar, lo que judicializaría el proceso.
Fomento puede cubrir este riesgo introduciendo en los pliegos del concurso que la empresa adjudicataria será responsable en caso de litigio. Pero complica el proceso. Alguna empresa puede impugnarlo, como pasó —por otros motivos—, con el concurso de la AP-1, que debería haberse adjudicado a finales de 2018 y sigue pendiente. Un caso similar convertiría la segunda concesionaria recuperada en un nuevo fiasco, algo que el ministerio quiere evitar a toda costa.
Las fuentes consultadas por Economía Digital apuntan que desde Fomento, dentro del contacto continuado con la empresa, le han transmitido esta preocupación. Los de Ábalos no pueden mediar, pues no son autoridad laboral, pero sí pueden presionar a la compañía para que evite futuros litigios.
Los últimos contactos entre Fomento y Abertis antes de que se liciten los cinco tramos de autopistas de peaje para quitar las barreras también servirán para terminar de pulir el número de empleados subrogados, si bien la cifra no variará mucho, y el estado de la vía en el momento de su retorno a manos públicas.