Foment y Pimec vuelven a la greƱa

La negociaciĆ³n del convenio del metal reactiva las fricciones entre las dos organizaciones empresariales catalanas

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Imposible, difícil, inalcanzable, una quimera… Son sólo alguno de los epítetos que los empresarios catalanes le dedican a la unidad de sus patronales. Llevan años acercándose y cada vez están más lejanas. En apariencia, el problema anterior era Juan Rosell cuando era presidente de Foment, que no atendía sus compromisos con la patronal de pymes. Se fue Rosell a la CEOE y le sustituyó Joaquín Gay de Montellà con un mismo resultado: el entendimiento entre ambas es harto complejo.

¿Es Foment el culpable o hay una cierta paranoia en la cúpula de Pimec?, se preguntan algunos empresarios no adscritos. Mientras eso se dilucida, el último episodio de esas diferencias insalvables se ha producido con la negociación del futuro convenio del metal.

En las últimas horas, Pimec filtraba de forma interesada a un diario barcelonés que sería una de las patronales catalanas que negociaría ese importante convenio colectivo. En síntesis, la información subrayaba que las organizaciones sindicales le habían concedido ese grado de interlocución.

Respuesta a la filtración

Unas horas más tarde de esa publicación, Foment del Treball y la todopoderosa Unión Patronal Metalúrgica (UPM), la asociación que de manera histórica ha representado al empresariado del sector en la provincia de Barcelona, respondían de manera conjunta a esa filtración para negarle el derecho a participar en la negociación colectiva.

El asunto no tendría más trascendencia que un estira y afloja entre dos organizaciones que, en apariencia, llevan tiempo en negociaciones para integrarse en una única cúpula patronal. Sin embargo, los últimos acontecimientos y las batallas sistemáticas por la representatividad están profundizando en un distanciamiento abismal de los intereses de una y otra institución.

UPM niega a Pimec que pueda negociar

Pimec se siente legitimada a negociar porque los sindicatos mayoritarios le reconocen la legitimidad (en este caso la representatividad) para hacerlo. Pero ni Foment ni UPM están dispuestos a perder ese espacio y esa capacidad de interlocución. De ahí que hayan reaccionado con un duro comunicado que firman de manera conjunta. “UPM es la única organización empresarial representativa en el sector del metal de Barcelona, cumpliendo con las exigencias del Estatuto de los Trabajadores, para poder firmar y negociar convenios colectivos sectoriales con eficacia general y por tanto aplicables a la totalidad de las empresas y trabajadores del sector”, reza la nota emitida este lunes.

De acuerdo con la UPM no hay ninguna otra organización que justifique la representación de al menos el 10% de empresas y trabajadores del sector, requisito indispensable, según los artículos 87 y 88 del Estatuto de los Trabajadores, para negociar un convenio colectivo, tal y como ha anunciado Pimec a través de un diario barcelonés. Es más, la gran patronal metalúrgica catalana recuerda en su comunicado que una organización sindical no puede otorgar representatividad y legitimidad para participar en la negociación a una empresa. En todo caso, recuerda, la única posibilidad es que cumpla con lo exigido en el Estatuto de los Trabajadores.

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