Foment gana su primer pulso contra el Govern
El TSJC atiende de forma cautelar la petición de Fepime y le reconoce su derechos de representatividad
De forma cautelar, pero se trata de una primera victoria, aunque pueda ser de carácter temporal y obligada por los plazos de la justicia. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha dictado una interlocutoria en la que reconoce a Fepime sus derechos de representatividad.
Fepime, adscrita a Foment, y que pretendía representar los intereses de las pequeñas y medianas empresas, a pesar de la existencia de Pimec, había quedado apartada.
¿Qué ha pasado ahora? El TSJC ha tomado una medida cautelar a la espera de que el juez dicte una decisión firme sobre una resolución del Govern de la Generalitat en la que apartó a Fepime como patronal con derecho a representación.
Las mesas de negociación
Lo que hizo Foment es recurrir esa decisión. Mientras no se dicta una sentencia firme, con la decisión de suspender cautelarmente la resolución del Ejecutivo de Artur Mas –las negociaciones las ha protagonizado el conseller Felip Puig—se recupera el mapa inicial de la representatividad empresarial, importante en las mesas de negociación con los agentes sociales, como ha publicado el diario Ara.
Esta decisión, ahora, puede reabrir una auténtica guerra entre las distintas patronales. Pimec ha reivindicado en los últimos meses su capacidad de interlocución, como verdadera patronal de las pequeñas y medianas empresas. Y entre Pimec y Foment, presididas por Josep González y Joaquim Gay de Montellà, respectivamente, se han boicoteado, con acciones en distintos actos.
Un Govern de salida desde hace meses
Para Foment se trata de una primera victoria. Fuentes de la patronal aseguran desde hace semanas que el Govern no podía adoptar la decisión que dejó sin representatividad a Fepime. Sin embargo, Pimec se reivindicó y vio con buenos ojos la iniciativa del Govern de elaborar un censo patronal.
El Ejecutivo de Mas, que se encuentra de salida desde hace meses –aunque ahora pueda seguir en funciones hasta el mes de marzo, si se repiten las elecciones—no ha podido cumplir su propio compromiso. Todo estaba parado, hasta esta interlocutoria del TSJC. La guerra de las patronales por su representatividad, sin embargo, no ha acabado.