Foment del Treball se dota de su propio código ético
La asamblea votará esta tarde si acepta un mecanismo para evitar la corrupción que puede acabar con la expulsión de la patronal
Las instituciones catalanas toman nota del desafecto de la ciudadanía. Incluso las que siguen con más aplomo unas tradiciones centenarias, como Foment del Treball. Este lunes por la tarde, la asamblea de la patronal deberá decidir si se dota de su propio código ético que englobará buenas prácticas en la gestión de una empresa y que puede terminar con la expulsión de la institución.
El escándalo de Antoni Marsal, el ex presidente de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) en prisión provisional por desviar recursos de la sectorial para su lucro personal (y la de su director general, Ángel Hermosilla, según las pesquisas judiciales) ha pasado factura a la imagen de la organización. Aunque su presidente, Joaquim Gay de Montellà, marca distancias entre el presunto saqueo de Marsal y la adopción del libro blanco.
Tras los pasos de CEOE
Dan el paso porque la CEOE también decidió dotarse de su propio código –tras otro escándalo, el de Díaz Ferrán (Marsans)–. “Hemos contribuido mucho en este trabajo”, señala Gay de Montellà. Si la asamblea le da luz verde, la comisión jurídica de la institución deberá realizar su propia propuesta de cómo adaptar el marco de la patronal española presidida por Juan Rosell (ex dirigente de Foment) al ámbito catalán.
El presidente de Foment recuerda que el caso Marsal estalló hace un año e, incluso sin un protocolo ad hoc para este tipo de prácticas, se reaccionó “aplicando la ética”. Es decir, apartándolo temporalmente de los órganos directivos de Foment. Las actuaciones concretas que terminaron con una reclamación por la vía penal de las cantidades sustraídas corrió a cargo de la propia UPM porque, tal y como ha recordado Gay de Montellà, funcionan como una organización confederal.
Reclamaciones a Montoro
La asamblea de este lunes por la tarde tendrá un asistente de honor: el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (PP). Los empresarios de Foment le harán reclamaciones en dos direcciones, fiscales e infraestructuras. En el capítulo económico exigirán medidas fiscales que rebajen la presión impositiva, y hace su propia propuesta de déficit fiscal límite para Catalunya, que oscila entre el 1,7% y el 1,96% (el mismo que el año pasado).
El impulso definitivo al Corredor del Mediterráneo y la mejora del trazado de la nacional II en Girona serán las reivindicaciones en la parte de las infraestructuras.