Fergo Aisa, ante su tercer ‘match ball’
Un juez decide en quince días si declara el concurso mientras la compañía negocia para evitarlo
El 9 de julio es la fecha límite para Fergo Aisa. Ese es el día que el magistrado titular del juzgado número 5 de lo mercantil de Barcelona, Daniel Irigoyen, ha escogido para celebrar la vista donde se decidirá si la inmobiliaria y constructora catalana entra en concurso de acreedores, informan fuentes empresariales.
La compañía se encuentra en una suerte de limbo. Un ex trabajador instó en febrero el concurso de acreedores. Fergo Aisa negocia desde entonces un acuerdo económico para evitar la quiebra. Los mismos interlocutores aseguran que las negociaciones se encuentran rotas. No obstante, el presidente de la compañía, Carlos Fernández, ha negado este extremo en declaraciones a Economía Digital.
Los anteriores capítulos
El trance al que Fergo Aisa está sometida no es nuevo. La compañía ha superado con anterioridad otras situaciones que la acercaban hacía el concurso de acreedores. La última tuvo lugar en diciembre del año pasado, cuando logró cerrar un acuerdo con sus acreedores después de que la consultora CB Richard Ellis le instase el concurso. La inmobiliaria esbozó un plan de pagos para enfrentarse a los más de 400 millones de euros de pasivo que acumulaba.
La compañía también tuvo que batallar en noviembre de 2011 ante el proceso instado por CatalunyaCaixa.
‘Match Ball‘
Este tercer match ball tiene como protagonista a un ex director general de la compañía de la época en que Ginés Marfià ocupaba la silla de presidente. Se trata de Juan Bautista Fernández, que con un escrito al juzgado reclama salarios pendientes y una indemnización por despido improcedente. La cantidad que pide Fernández no supera los 500.000 euros.
Carlos Fernández asegura que las negociaciones marchan a buen puerto y asegura que habrá acuerdo con el exempleado antes de la fecha límite.
Situación de la compañía
La firma no ha presentado las cuentas correspondientes al cierre del pasado ejercicio. Hasta septiembre, acumulaba pérdidas de casi 55 millones de euros y una deuda financiera reducida a 318 millones tras la venta de algunas filiales. No obstante, algunos medios de comunicación apuntan a que la deuda se habría reducido hasta los 250 tras sellar acuerdos con la banca.
El futuro de la firma pasa por que se concreten algunos de los proyectos en el extranjero (América Latina y Oriente Medio) que Fernández anunció hace algunos meses.