Fainé: «Es posible un gran acuerdo entre Cataluña y España»
El presidente de Caixabank tiene una máxima, y es que lo razonable, "acaba saliendo siempre"
No hay tentación aislacionista que valga al pie de las Torres Negras. La marca «la Caixa» combina su mundo con el mundo. Por un lado, invierte 500 millones de euros cada año en acciones de filantropía en España y en el mundo, mediante la Fundación Bancaria «la Caixa». Y, paralelamente, diseña su expansión del negocio a través de Criteria CaixaHolding, que agrupa todas las participaciones del Grupo «la Caixa», incluida la de CaixaBank.
La entidad alterna el dividendo social con el esfuerzo global. Su presidente, Isidre Fainé, está convencido de que «es posible un gran acuerdo entre Cataluña y España».
Pertenece a la raza de los hombres que relajan el gesto cuando hablan de un tema peliagudo. Su alma política es la de un outsider benefactor; una mezcla entre el liberalismo de Herrero de Miñón y el catalanismo integrador con España de Cambó.
El negocio bancario, el grupo de empresas y el servicio al cliente son las prioridades para Fainé. Y de las relaciones entre Cataluña y el conjunto de España, a él solo le mueve «el diálogo, el espíritu de concordia y de que aquello que es razonable acaba saliendo siempre».
Corredor de fondo
España va justa de tolerancia y está muy servida de frentismos. En medio de la melé, Fainé es de los que pueden introducir el tiento, aquello que sostiene a los colectivos cuando ceden las barreras mentales.
El mejor banquero de España es fruto de la meritocracia: trabaja desde los 13 años. Hizo el bachillerato nocturno mientras se iniciaba profesionalmente en el Banco Atlántico, donde llegó a ser director de Inversiones. Pasó por el reto de reflotar el Banco de Asunción en Paraguay, por la Banca Riva y García, la Jover y Banco Unión, antes de llegar a «la Caixa». Fainé es un corredor de fondo minucioso. Sus valores corporativos hacen mella: calidad, confianza y compromiso social. Sus referentes morales miran al origen: esfuerzo, equidad, persistencia, gestión de la diversidad y sostenibilidad.
Hoy no basta con competir, hay que convencer. El empresario Schumpeteriano ha sido rebasado por la era de la responsabilidad social corporativa. De ahí las dos palancas de Fainé unidas en un mismo proyecto: la Fundación Bancaria «la Caixa», «nuestra razón de ser», recalca siempre Fainé, en la que se mantiene el espíritu pionero de Francesc Moragas i Barret, y la financiera, basada en una estructura comercial levantada por él mismo, con un 66% de su negocio fuera de Catalunya y una importante presencia internacional.
Proceso político ajeno
Fainé fue nombrado presidente de la Caixa en 2007. La salida a bolsa de Criteria fue el primer paso de la reorganización del Grupo, que continuó en julio de 2011 con el inicio de cotización de CaixaBank. Esta última es la ficha que agrupa el negocio bancario, la actividad aseguradora, sus inversiones en bancos internacionales (GFInbursa de México; el Banco BPI de Portugal; el The Bank of East Asia, con sede en Hong Kong y el austríaco Erste Bank), así como la participación de la entidad en Telefónica y Repsol, las dos perlas de su grupo industrial.
A criterio de Fainé, las elecciones del 27S «se enmarcan dentro de un proceso político, completamente ajeno a CaixaBank, a nuestros fines, a nuestra actividad y a nuestra razón de ser». No es el primero de los grandes de la economía que pone tierra de por medio.
En su caso, la pulcritud quiere más que la aptitud. ¿Cómo debe articularse el gran acuerdo entre el gobierno central y Catalunya? «Corresponde a los políticos. En la vida, cada uno tiene su trabajo, su función y su responsabilidad. Nosotros no entramos a valorar ni realizar hipótesis sobre cuestiones políticas ajenas a CaixaBank».
Mercado español
CaixaBank opera principalmente en el mercado español. Tiene una fuerte implantación en todo el territorio; con 14 millones de clientes (uno de cada cuatro españoles), más de 5.000 oficinas y más de 9.600 cajeros. Además, las últimas operaciones corporativas han contribuido a reforzar la presencia de «la Caixa» en el conjunto de España.
Fainé ha reforzado el proceso de consolidación del mercado bancario español en CaixaBank con la integración de Banca Cívica (Caja Navarra, Cajasol, CajaCanarias, Caja de Burgos y Caja de Guadalajara), Banco de Valencia y, en 2015, el negocio en España de Barclays Bank, SAU. Los hechos dicen más que las palabras.
Escenarios de futuro
Europa está pendiente de la barrera caucásica. La ciudad siria de Palmira es víctima del memoricidio (el neologismo que inauguró Goytisolo en Sarajevo) del mismo modo que Kiev lo es del urbicidio (Bogdan Bogdanovich la utilizó en Belgrado).
Estamos lejos de las guerras, pero su nube, formada por miles de refugiados, anuncia tormentas. En plena fiebre de migraciones tumultuosas, Cataluña levanta el pendón de la independencia, algo que le hubiese extrañado a la misma Hannah Arendt, orfebre de las diferencias.
Unos dicen que no es momento y otros afirman que nunca lo será. Por su parte, la marca «la Caixa» se mantiene políticamente equidistante de quienes tienen en sus manos la resolución del conflicto: Moncloa y Palau.
En los poliedros de cristal oscuro enclavados en la alta Diagonal se diseñan escenarios de futuro. La cultura del rechazo no cuenta. Cuentan el trabajo y la tarifa plana de la Contrarreforma. Allí se inventa a diario el país real.