Eroski y la banca se enfrentan por 500 millones

La cooperativa pide una quita de la deuda de 600 millones, pero Santander, BBVA y Caixabank sólo aceptan perdonar 100 millones si Caprabo sale a la venta

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La guerra entre Eroski y los bancos ya tiene cifras. Si las diferencias entre la compañía y sus acreedores ya eran notorias, ahora ya se ponen cifras sobre la mesa: 500 millones de euros. En el marco del proceso de refinanciación actual, la cooperativa pidió al pool bancario liderado por Banco Santander, BBVA y Caixabank una quita de 600 millones; muy lejos de las estimaciones de las entidades. “Como mucho 100 millones”, contestaron.

La única manera de que la banca acepte la propuesta de la empresa presidida por Agustín Markaide es que abandone su forma de cooperativa y se convierta en una sociedad anónima para entrar en su accionariado. Sin embargo, desde la firma vasca rechazan con firmeza cada vez que se les consulta por esta posibilidad. Las posiciones están cada vez más enconadas.

Además, la banca exige vender la filial catalana Caprabo, que adquirió en 2007 por 1.450 millones de euros, el 50% de la gallega Vegalsa, los establecimientos en las Islas Baleares y la marca de ropa deportiva Forum Sport. También abre la puerta a la venta de algunos de sus inmuebles en cartera.

Banco Santander, con el que arrastra un déficit de 520 millones, y BBVA, con el que tiene una deuda de 350 millones, lideran el grupo de acreedores que planteó el ultimátum a Eroski con un plan de reestructuración que deberá cumplir. En el pool bancario también están Caixabank, que suma 255 millones de deuda; Banc Sabadell (175 millones) y Kutxa (117 millones) para un pasivo total de 2.275 millones de euros.

No obstante, ni entre los propios acreedores existiría un acuerdo debido a que las ventas exigidas no cumplirían con las expectativas.

Los tiempos comienzan a apremiar a Eroski: la nueva refinanciación debe entrar en vigor el próximo verano

El tiempo comienza a apremiar, pues la refinanciación debería entrar en vigor en verano de 2019. Cada vez parecen menos probables los deseos iniciales de la cadena de supermercados: «Esperamos que sea una renovación continuista y que sólo afecte a 1.600 millones de euros», explicaban a Economía Digital hace meses.

La intención de la compañía es la de pagar la deuda con los recursos que genere el negocio ordinario de sus establecimientos. A pesar de no haber incurrido en impagos –incluso amortizó 167 millones en 2017– la deuda sigue siendo alta, reconocía el propio Markaide hace un año. El auge del comercio electrónico y la entrada de Mercadona al País Vasco son otros dos motivos de riesgo a ojos de los acreedores.

Mientras, la cadena de supermercados presentó unos beneficios de 33,2 millones en 2017 frente a las pérdidas de 22,8 millones de 2016. Fue la nota positiva de unos resultados que vieron como las ventas caían el 7,2% hasta los 4.792 millones de euros. A superficie comparable, se mantuvieron estancadas en 5.505 millones de euros.

 

La primera refinanciación, en enero de 2015

La firma afronta así una segunda refinanciación después de que la crisis económica y el descenso del gasto y la compra de la catalana Caprabo por 1.450 millones le hicieran tambalearse desdes 2008. En enero de 2015 firmó una complicada reestructuración del pasivo con los acreedores, que dividió en varios tramos. Algunos, como los 300 millones ligados a desinversiones ya fueron completados.

El resto se dividió en una parte de 791 millones de deuda senior, una porción de deuda inmobiliaria de 105 millones y un tramo de deuda no estructural de 948 millones. Otros tramos iban relacionados con la generación de Ebitda.

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