Crous, el ‘outsider’ al que se agarran los soberanistas para la Cambra
Enric Crous es el candidato a la Cambra predilecto de los empresarios próximos al independentismo aunque evita que le etiqueten políticamente
Enric Crous, de 71 años, presentó este viernes su proyecto para presidir la Cambra de Comerç de Barcelona. Se presentó ante los medios de comunicación en solitario. Aseguró que cuenta con un “equipo transversal” de 40 empresarios, pero se negó, por el momento, a revelar su identidad para que no les presionen. “La presión la aguanto yo”, recalcó.
Ni siquiera se presentó como consejero delegado de Cacaolat, ni tampoco como exdirector general de Damm durante 27 años, sino como “un empresario que conozco el sector público” por su histórica vinculación con Mercabarna, Fira de Barcelona y la propia Cambra. Recordó que fue vicepresidente de esta corporación durante la etapa de Antoni Negre. “Me avala una trayectoria personal”, insistió.
Evita las etiquetas ideológicas. Indicó que se presenta a “unas elecciones de empresas, que no son políticas”. Añadió que “los empresarios no deberíamos expresar nuestras opiniones políticas, tienen el mismo valor que las de cualquier ciudadano”. Por eso, aseguró que no ha preguntado a los empresarios que le acompañarán cuál es su “orientación política, religiosa o su equipo de fútbol”.
Incluso evita que se le vincule a Femcat, la asociación empresarial catalanista que en estos momentos lidera Pau Relat, candidato a presidir el consejo de administración de Fira Barcelona. Aseguró que no sabe cuantos empresarios de su equipo están en Femcat porque no les ha preguntado por ello. Él nunca formó parte de esta asociación.
Pese a desmarcarse de la política, los empresarios de la órbita soberanista sintonizan con su candidatura para la Cambra. Fuentes próximas a Crous apuntan que cuenta, entre otros, con el apoyo de Joan Font (Bronpreu), Oriol Guixà (La Farga) o Genís Roca (Roca Salvatella). Incluso hay un presidente de una asociación de comerciantes dispuesto a saltar de la lista de otro candidato a la de Crous por una cuestión de amistad personal.
Durante años, Crous pasó por ser el empresario del maragallismo, por su proximidad a Pasqual Maragall, hasta el punto de organizarle encuentros empresariales antes incluso de que llegara a la presidencia de la Generalitat. Si bien antes lo identificaron con el socialismo, ahora algunos lo sitúan en el independentismo, aunque desde su entorno se señala que nunca se ha definido políticamente. Insisten en que es catalanista, incluso “muy catalanista”, pero rechazan que sea un radical.
Represaliado en la Caputxinada
En su biografía destaca un episodio de juventud, hasta ahora desconocido, que fue su detención en la Caputxinada. La policía franquista asaltó en 1966 el convento de los capuchinos de Sarriá cuando en su interior estaban reunidos los delegados del Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona. Crous era uno de ellos y, por ello, fue represaliado. Es un catalanista con currículum antifranquista.
Para optar a la presidencia de la Cambra, como el resto de candidatos, Crous deberá ser elegido por uno de los cuarenta epígrafes (sectores económicos) en las elecciones previstas para el primer trimestre del próximo año. Todavía no ha anunciado en que epígrafe se presentará, ni siquiera en representación de que empresa concurrirá a las elecciones. Dejo claro en rueda de prensa que no será Damm ni Cacaolat, sino una de las sociedades mercantiles de las que es accionista a título personal.
Primero, luchará para tener una silla en la cámara y, luego, para alcanzar la presidencia. De las 60 sillas del pleno de la cámara, 40 se decidirán en las elecciones. Este es su campo de batalla. Las veinte restantes serán para las patronales (6) y las empresas (14) que realicen mayores aportaciones voluntarias para el sostenimiento de la institución. No se refirió ni a patronales ni a las grandes corporaciones.
Desde las otras candidaturas se da por sentado que las grandes corporaciones, como La Caixa, se decantarán mayoritariamente por Carles Tusquets. Estas corporaciones deberán aportar un mínimo de 300.000 euros por tener un representante en el pleno durante los cuatro años que dura el mandato.
Pide una campaña para incentivar el voto
Crous reclamó una campaña institucional para incentivar el voto. Recordó que unas 400.000 empresas de la demarcación de Barcelona tienen derecho al voto, aunque en los últimos comicios, celebrados en 2010, participaron menos del 2%. Y encima los tribunales anularon la mayor parte del voto por correo.
Por este motivo, defiende a ultranza el voto electrónico. Considera que puede ayudar a incrementar la participación. No cree necesario que se habilite el voto por correo pese a que este asunto ya esta en el juzgado.
Crous hará campaña para captar el voto de los autónomos y de las pymes, aunque sin menospreciar a la gran empresa que es el mundo en el que se ha movido toda su vida.
Prometió que su campaña electoral no será “ni desleal ni sucia”. Quizá por ello evitó cualquier crítica a Miquel Valls, presidente de la Cambra desde hace 16 años, o al proceso para designar el candidato a la presidencia de Fira.
Crous ha sido el cuarto y último candidato que ha salido a la palestra después de José María Torres, Ramon Masià y Carles Tusquets. Insiste en que lo hace con “ilusión” y por su “compromiso con las empresas, la sociedad civil, la ciudad de Barcelona y el país”.
Crous anunció su candidatura antes de que la consejera de Empresa de la Generalitat, Àngels Chacón (Pdecat), reúna este 5 de diciembre a los presidentes de las trece cámaras de comercio catalanas para comunicarles la inminente publicación del decreto de convocatoria de elecciones. En principio, el decreto aparecerá en el diario oficial de la Generalitat el 12 de diciembre. Probablemente, las elecciones se fijarán para finales de marzo.