El sector del cava nota la presión del 1-O
Las empresas catalanas temen que una llamada al boicot en el resto de España siegue las ventas de un sector ya en crisis
Las grandes cavistas catalanas ya viven una situación delicada. La gestión familiar de empresas como Codorníu y Freixenet, la irrupción de las marcas blancas, el estancamiento de las ventas y la competencia del prosecco italiano ya son una sangría suficiente como para enfrentarse a un boicot en España a causa del referéndum independentista del próximo 1 de octubre en Cataluña.
Fuentes del sector garantizan que los efectos del desafío soberanista todavía no hacen mella en los balances de las dos grandes empresas de la región: Codorníu y Freixenet. Sin embargo, la campaña de Navidad comienza en apenas 15 días y si la tensión sigue en aumento no descartan sufrir las consecuencias con un descenso todavía más pronunciado en la comercialización.
Los temores se encuentran especialmente asentados entre la familia Raventós, propietaria de Codorníu. Las redes sociales llamaron al boicot de la marca después de que la Guardia Civil interceptara varios envíos destinados a la organización del referéndum en la sede de Unipost –de otra rama de la saga Raventós— en Terrassa.
Codorníu se desmarca del referéndum
Ante la vinculación de ambas empresas, la firma de alimentación se desmarcó de cualquier relación con la celebración de la votación. “La participación de los accionistas de Unipost en Codorníu no alcanza el 1%”, señaló. Además, incidió en que la empresa de servicios postales no es una sociedad del grupo. “No participa ni directa ni indirectamente en su toma de decisiones”, remataba en un comunicado.
Los gritos a dar la espalda a la cavista no son nuevos. Ya en la consulta del 9-N de 2014 se trató de orquestar una campaña contra la empresa debido a que Unipost repartió la publicidad de la votación. “Apenas se notó el impacto”, señalan las mismas voces. Ahora, la tensión es superior: “esta vez podría ser diferente”, comparan.
De menor rango es la preocupación en Freixenet. Por el momento las ventas se mantienen respecto a los años anteriores, aunque tampoco descartan un descenso en la venta según el devenir de la votación del 1-O. “El cava es el producto más icónico de Cataluña, por lo que sería un blanco fácil, pero también afectará seguro a otros sectores”, sentencian voces próximas a la cúpula de la empresa.
El boicot afectaría menos a Freixenet, más internacionalizada
No obstante, Freixenet hizo los deberes con antelación y no depende tanto de las ventas en el resto de España como Codorníu, internacionalizada en menor rango. Además, José Luis Bonet, antiguo presidente de la firma, se posicionó públicamente contra la secesión en varias ocasiones. “La independencia sería un desastre para Cataluña y España”, alcanzó a decir.
En el sector todavía recuerdan el duro varapalo que supusieron las declaraciones de rechazo a la candidatura olímpica de Madrid del antiguo líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira. Las ventas cayeron al ritmo del 10% –según los datos de Freixenet—y lastimaron gravemente al sector.
“Todavía no nos hemos recuperado, aunque puede tener su lado positivo: muchos clientes ya dejaron de comprar cava entonces por motivos políticos, la rebaja ahora no será tan drástica”, auguran.