El plan de salvación de Nissan Barcelona se ciñe a cumplir la ley
La empresa promete una inversión de 70 millones para la nueva planta de pintura pero la supedita a un recorte de 600 empleos
La fórmula que Nissan utilizó este martes para presentar su plan de salvación de la fábrica de Barcelona es un clásico en la industria de la automoción: prometer inversiones a cambio de recortes laborales. En esta ocasión, el fabricante japonés incluyó una particularidad en la propuesta. Si normalmente el compromiso es aportar algún nuevo vehículo, en la instalación catalana la oferta es una nueva planta de pintura, pues la actual queda obsoleta en 2023 con la entrada de una nueva ley.
El presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, explicó que la inversión en el centro será de 70 millones de euros para la construcción de la nueva instalación de pintura. “Ahora mismo tenemos dos naves de pintura que es importante modernizar”, añadió José Vicente de los Mozos, responsable mundial de fabricación y logística de Renault y presidente de la Alianza Renault-Nissan en España. La alternativa era cerrarla al exceder los límites legales o abordar un ajuste conservador que hubiera reducido el coste de la factura a 10 millones pero con una vida útil inferior a 15 años.
«Que quede claro que Nissan quiere seguir fabricando coches en Cataluña», insistió una y otra vez De los Mozos ante los medios. Si bien apenas hay coches que fabricar, la inversión de la nave de pintura sí es a largo plazo.
Para ello, contará con el apoyo de la Generalitat de Catalunya. El propio ejecutivo habló personalmente con el presidente Quim Torra esta misma semana después de que la consellera Àngels Chacón revelara haber hecho “una propuesta para que Nissan no deje Cataluña”.
El govern subvencionará parte del proyecto en concepto de apoyo a la investigación y el desarrollo y la eficiencia energética. El esquema ya se utilizó en la reinvención de Nissan Ávila como fábrica de componentes. Entonces, el fabricante puso 40 millones de euros de su bolsillo y la Junta de Castilla y León aportó los 50 millones restantes hasta alcanzar los 90 millones requeridos para el proyecto.
Nissan admite que la producción en Barcelona caerá hasta los 60.000 coches; la mitad que en el ejercicio 2016/2017
“Todo está regulado por la Comisión Europea”, señaló el ejecutivo, que declinó realizar estimaciones de la parte del pastel que llegaría financiada con el apoyo público.
La idea es que la nueva nave esté ya activa en 2022. Sin embargo, hasta entonces no se esperan novedades en la Zona Franca. Con la instalación por debajo del 40% de su capacidad, no está prevista ninguna adjudicación en los próximos años. “Es un partido que no toca jugar ahora mismo”, despejaron. Así, la fábrica deberá sobrevivir con sólo dos modelos la furgoneta NV200 eléctrica y la pick up que también produce para Renault y Mercedes.
Con las ventas del segmento pick up en descenso a nivel mundial y la NV200 todavía con un papel testimonial en términos de volumen, en Barcelona se preparan para recortar todavía más el número de coches que salen al mercado. En el ejercicio 2017/2018 se elaboraron 88.861 automóviles, una cifra que ya no se repetirá en el año fiscal actual por la pérdida de modelos como el Nissan Pulsar.
Para las próximas temporadas, la rebaja alcanzará un suelo de 60.000 unidades, casi la mitad de los 110.092 coches del ejercicio 2016/2017 y una pequeña porción de los más de 200.000 vehículos que podría alcanzar a producir la instalación. «No podemos controlar los flujos del mercado», lamentó De Ficchy.
Nissan quiere recortar 600 empleos en Barcelona
Con la atonía reinando en la fábrica y la carta bajo la manga de la nave de pintura, Nissan pide un nuevo esfuerzo a la plantilla. Del mismo modo que sucedió con la asignación de los últimos grandes modelos que debía garantizar la tranquilidad del centro durante años, la inversión llegará después de un recorte laboral. En esta ocasión: 600 bajas entre prejubilaciones (500) y bajas voluntarias (100).
Sólo tras un pacto con el comité de empresa se iniciarán las obras de la nueva planta. “Queremos tener un acuerdo antes de Semana Santa”, dijo la cúpula. El tiempo tampoco sobra, pues en 2023 la actual instalación ya no podrá utilizarse según la nueva normativa europea.
Dependerá de lo que se prolongue la firma con los sindicatos en una negociación que recaerá en Genís Alonso, director general de Nissan Motor Ibérica, como se encargó de remarcar en varias ocasiones De los Mozos. “No entra en nuestros planes realizar un expediente de regulación de empleo”, se limitó a puntualizar el “optimista” ejecutivo.
El objetivo no es otro que dejar el número de trabajadores de Zona Franca en algo menos de 2.500 con tal de “reducir los costes fijos”. Es el modo, defienden, de equipararse en competitividad con el resto de centros de la zona de la alianza Nissan-Renault. “Los volúmenes han caído y si queremos ganar en rentabilidad hay que reducir estos costes”, aseguraron en la rueda de prensa.