El pacto para salvar la economía
El Meda Week promovió el debate sobre el agua y las energías renovables en el que se concluyó la necesidad de un consenso entre los países mediterráneos
Igualar el ritmo de la economía con el del medio ambiente es uno de los mayores desafíos del siglo. Los retos están encima de la mesa: una producción más limpia y un uso más eficiente de los recursos. Al respecto, la Semana Mediterránea de Líderes Económicos (Meda Week), evento promocionado por la Cambra de Barcelona con fondos FEDER, promovió el debate de cuatro foros sobre el agua y las energías renovables en las ciudades bajo el nombre Eco Meda Green Summit .
La principal conclusión fue apostar por un consenso mediterráneo sobre energías renovables, que podría suponer una solución tanto de la crisis energética para unos países, como para la diversificación económica para otros. Así, los participantes, con casi un millar de empresarios, señalaron una batería de medidas que construirá un nuevo modelo de económico basado en la sostenibilidad.
Evitar el «estrés hídrico»
El primer debate abordó la problemática del agua, teniendo en cuenta el contexto y la perspectiva en el Mediterráneo. Una de las claves la dio el coordinador de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo, Anwar Zibaoui, quien afirmó que la mitad de los países de la región, en la que viven 490 millones de personas de 22 países de la cuenca mediterránea, están en una situación de «estrés hídrico».
Esta circunstancia, a ojos de Zibaoui, se agravará si se cumplen las previsiones y la población aumenta en 150 millones de personas en la orilla sur oriental. Entonces, se necesitará una solución basada en la tecnología, una mayor regulación y el tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura y la industria.
La mitad de los países del Mediteráneo están en una situación de «estrés hídrico»
El coloquio contó con el secretario general de la Comisión de Medio Ambiente de ASCAME, Alaa Ezz, que ejerció de moderador en un debate en el que, en todo momento, se resaltó cómo la industria del agua es clave en el desarrollo de la zona.
El potencial de la energía
El segundo de los debates y eje de las jornadas se centró en los problemas energéticos. Se desgranaron las posibilidades que crea el potencial de la energía eólica en el Mediterráneo, donde, no obstante, existe una clara disimetría entre recursos eólicos y el desarrollo de esta energía.
Participantes del Meda Week. ED
Algunos de los participantes que se sumaron fueron Olga Okumus (Unión Europea para el Mediterráneo), Amine Homman (ENGIE North Africa), Andrea Zaghi (Elettricità), Guy Auger (Greensolver) y Karima Bergheul (AFEV).
Zibaoui, al respecto, afirmó que existe una previsión de invertir 190.000 millones de dólares hasta 2030 en energía renovables en la zona, lo que lo convertirá en un «sector prometedor» para la región.
Existe una previsión de invertir 190.000 millones de dólares hasta 2030 en energía renovables en el Mediterráneo
Y es que la proyección del área es notable también en cuanto a la energía hidráulica o solar. Tanto que la región puede cubrir su necesidad y las del resto del mundo, al mismo tiempo que transforma esta energía en una fuente de exportación para otros países. Como ejemplos de esta buena práctica están Argelia, Marruecos o Egipto.
Los retos de las ciudades
Las evolución de las ciudades está ligada a la del entorno. El MedaWeek abordó la dos de los puntos centrales en el día a día de las urbes: la gestión de residuos, por un lado, y los modelos de negocios exitosos centrados en la movilidad, por otro.
Los desafíos de la ciudad giran en torno a la movilidad y a la gestión de residuos
En las diferentes ponencias intervinieron empresarios del sector, como el consejero delegado de Urbaser, José María López Piñol, que dirige la empresa referencia el área del medio ambiente, dedicándose al desarrollo de actividades de limpieza viaria, tratamiento, reciclaje y valorización energética, entre otros.
También estuvo presente Ignasi Cubiña, fundador de Crecimiento Eco Inteligente. La consultora nacida en 2009 trabaja para la adaptación a la economía circular en base a los principios de cuna a cuna (Cradle to Cradle) en la que se reinterpreta el ecologismo.