El objetivo de Roig en Mercadona: ser “sostenible” en toda la cadena alimentaria
El empresario desgrana el futuro de la cadena en una exposición no exenta de autocrítica
“Calidad total en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria sostenible”, es nuestro mejor sueño. Con estas palabras cerró este miércoles Juan Roig, presidente de Mercadona, su intervención en la jornada inaugural de XXVIII Congreso AECOC celebrado en Valencia.
La cita reúne al 95% de los 20 principales distribuidores y al 86% de los 50 top fabricantes del sector.
Remontarse a los inicios
Roig desgranó la historia de Mercadona desde que, en 1981, un crisis familiar llevó a parte de la familia Roig a dejar el negocio de las carnes e iniciarse en el mundo de la distribución.
El futuro del imperio, tras años de prueba y error, pasa por integrar a la firma dentro de la cadena agroalimentaria. En ella, todos los elementos implicados (productores, distribuidores, proveedores, clientes, y la propia empresa) logran la satisfacción total en todos los niveles.
Satisfacción de todos
En el caso de los trabajadores, por ejemplo, incluye desde el sueldo, la estabilidad laboral, el trato… Elementos que se repiten en todos los eslabones de la cadena. Maximizar el grado de satisfacción es el objetivo último. No se trata de ser un simple distribuidor de productos finales, sino un prescriptor para el cliente y un enlace entre éste y el resto de la cadena.
En su visión de la nueva Mercadona, Roig considera que otro de los objetivos –siempre con referencia a la sostenibilidad– será cumplir el reto de exportar sin necesidad de importar, “y, aún así, logar el mejor producto al mejor precio”. Pero el objetivo de comprar dentro, siempre con referencia al jefe (el cliente): si se le da el mejor producto y, además, se logra “crear riqueza en el país”.
La inmediatez es otro de los objetivos, hasta el punto de que los centros de logística pueden convertirse –en determinados productos y tiendas– en cosa del pasado. “El cliente que quiere chirimoya la quiere del día y hay que dársela del día, no que caiga al suelo y rebote”, apuntó.
Productos frescos
Uno de los ejemplos que dio está relacionados con la lechuga y otras verduras, donde ya hay tiendas que reciben el producto directamente del campo a través de su interproveedor. El objetivo es implantar este modelo a lo largo del año que viene en toda la red de centros.
La idea es aplicar el mismo principio que para el pescado, en el que se intenta aproximar el producto de las tiendas a las lonjas más próximas. “Nuestro error fue pensar que podíamos comprar los boquerones de toda España en el mismo lugar, y venderlos al mismo precio en todas las tiendas. Evidentemente, no es lo mismo vender boquerones en Cádiz”, explicó. «Pero nos tiene que comprar lo mismo en seco y fresco y todo el sistema tiene que ser sostenible desde el principio a fin. Fue la razón por la que se paró la salida a Italia. Nos está costando muchísimo», añadió Roig.
El objetivo de logar “sostenibilidad total” no parte de la nada, sino que se fundamenta en los errores cometidos a lo largo de los años, “como cuando intentamos vender ruedas cuadradas”, en alusión al intento de vender del mismo modo productos frescos y secos. “Sin necesidad de ir a Harvard, la gente empezó a poner fruterías en las puertas de mercadona porque algo estábamos haciendo mal”, apuntó. De ahí que ahora se vuelva a individualizar la compra, ejemplo de ello es la introducción del cuchillo en la carnicería en sustitución del envasado.
Marcas propias
“No somos distribuidores, no somos un quiosco que vende periódicos, somos prescriptores para el jefe, de ahí salió Hacendado: seguridad alimentaria, calidad y precio. Incluye muchas marcas que no son de Mercadona, son del fabricante. De ahí al interproveedor, que quiere ser fijo y ganar dinero.