El Nissan Pulsar agoniza en Barcelona
La compañía produce un cuarto de los 80.000 Pulsar prometidos mientras en la planta de la Zona Franca ya se da el vehículo por perdido
Debía ser el modelo que salvara la planta de Nissan en la Zona Franca (Barcelona), pero apenas tres años después su producción se tambalea. Lejos quedan los 80.000 Pulsar al año que la dirección prometió producir en Cataluña. A día de hoy, la previsión es acabar el ejercicio 16/17 con 20.000 unidades fabricadas y, lo peor, ya se da por perdido a partir del verano.
Un portavoz de la compañía admite las dificultades que atraviesa el turismo, aunque declina desvelar cifras concretas por política de empresa. Sin embargo, en la planta los números no salen: este año saldrán menos de 90.000 coches de una instalación con capacidad para fabricar 200.000 coches. El año, pasado, por ejemplo se superaron los 100.000 vehículos con facilidad.
Por ello, el pesimismo se instaló en la planta catalana, que ya cuenta los días para el adiós del que debía ser el modelo estrella. A partir de la primavera cuentan que la producción descenderá, para morir definitivamente a lo largo del verano. No será el único modelo en caer, cuentan los trabajadores: también se abandonará la producción de la furgoneta NV200 de combustión para pasajeros.
Nissan jamás cumplió las previsiones de fabricación del Pulsar
El Pulsar comenzó a fabricarse en 2014, pero su penetración en el mercado fue bastante pobre. Si ya el año pasado se fabricaron apenas 35.000 unidades de las 80.000 previstas, la caída se agudizó con la entrada del nuevo ejercicio. La causa del poco éxito, como explicó Economía Digital, es que su coste de producción es demasiado alto.
El modelo sufre una ironía perversa. El hecho de que salga caro influye en que no tenga éxito comercial, lo que hace caer la producción. A su vez, la caída de la producción encarece costes y repercute negativamente en las ventas. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Así, la baja producción ya disparó los rumores de que este modelo no pasaría de los cuatro años, la mitad del ciclo de vida habitual de un turismo. El vicepresidente de Fabricación de Nissan Europa, Colin Lawther, echó gasolina al fuego de dichos rumores el año pasado y no confirmó que el Pulsar siguiera más allá de 2018. «Es pronto para tomar una decisión», aseguró.
«Si se fuera a fabricar más allá del 2018, ya se hubiera hecho un restyling», dicen los trabajadores sobre el Pulsar
Los indicios se suceden uno tras otro. Tras las comunicaciones, todavía no oficiales, de la dirección, fuentes del comité de empresa señalan otra pista: no se trabaja en el restyling del vehículo, el clásico lavado de cara que se hace a muchos modelos a la mitad de su ciclo de vida. «Si se fuera a fabricar más allá de 2018, ya se hubiera hecho», valoran fuentes sindicales.
La adjudicación del Pulsar ya llegó rodeada de polémica. Tras medio año de negociaciones con la plantilla en las que incluso tuvo que mediar la Generalitat catalana se alcanzó un plan para mejorar la competitividad de la planta catalana. Incluía recortes en materia laboral, como rebajas salariales para las nuevas incorporaciones.
A cambio, la dirección prometió 1.000 empleos, como haría también en octubre de 2015 al iniciar la producción de otro modelo, la pick-up Navara. Una semana después de aprobar los recortes, el coche era asignado a Barcelona. Pero el millar de nuevos trabajadores jamás llegó.
La fábrica sigue anclada en los 4,800 empleados –entre personal de Nissan y subcontratados–, pero ya se teme por el futuro de los 150 temporales, que podrían abandonar la instalación en el primer trimestre de 2018.