El mayor accionista de Hedonai planea quebrar y liquidar
El empresario mexicano Estanislao Martínez sorprende a los accionistas de las clínicas estéticas con la petición de liquidar la sociedad. El mismo día, un inversor secreto pide quedarse con sus activos
El 30 de julio pasado, el dueño de las clínicas estéticas Hedonai, instaladas en El Corte Inglés, el empresario mexicano Estanislao Martínez, estaba dispuesto a firmar un acuerdo para la entrada de un inversor alemán que inyectara liquidez a la compañía.
Era el acuerdo que había llegado con el resto de accionistas para impulsar definitivamente a Hedonai, una cadena especializada en tratamientos de belleza y depilación laser que comienza a arrojar resultados positivos. «Estábamos a punto de pactar un proceso que supondría la salvación de la empresa», explica uno de los socios minoritarios.
Pero en 24 horas, el empresario mexicano cambió de opinión y la empresa acudió a los juzgados mercantiles a declarar su inviabilidad. El dueño y su consejo habían decidido que la red de clínicas de estética no tiene salvación.
Martínez no ve ninguna salida al grupo empresarial que ofrece unos 100.000 tratamientos de belleza en España, que emplea a unos 400 trabajadores y que el año pasado registró un resultado positivo de dos millones de euros antes de impuestos. A pesar de la buena marcha operativa, la compañía no puede hacer frente a su abultada deuda heredada.
Deseosos de liquidar
Cualquier empresario convencional se desvive por salvar su empresa con dificultades, se enfrenta a los acreedores para pedir refinanciaciones y, en casos extremos, pide el concurso de acreedores para reflotar la empresa, salvar su negocio y proteger a sus empleados y proveedores.
Pero el multifacético Estanislao Martínez ha sorprendido a sus propios socios al impulsar la liquidación la con velocidad del rayo. La jugada ha levantado la preocupación en el fondo inversor Nazca, con quien Hedonai mantiene una deuda de alrededor 4 millones de euros. «Estaba dispuesto a avalar el plan de rescate pero al no recibir los 750.000 euros que quería, desistió. No lo entendemos», explican los minoritarios.
El entorno de Martínez asegura que la compañía estaba obligada a presentar el concurso al haber peligro real de no pagar sus compromisos, entre los que se incluyen las nóminas y los vencimientos de la deuda con el fondo Nazca. Creen que nada puede salvar ya a la compañía que ha experimentado una importante mejora de resultados.
El propio consejero delegado, Francisco Sanz, asegura que la petición de liquidación no fue solicitada por Martínez, sino por el consejo de administración, aunque no desmiente que la intención del empresario Martínez es clausurar la sociedad.
La cúpula de Hedonai, filial del grupo Vousse, entiende que el rescate propuesto por los accionistas minoritarios, que incluía una inyección inmediata de 800.000 euros y la venta de una decena de clínicas a Pelostop, no suponía una solución definitiva. Más bien, era tan sólo una solución temporal, según el máximo accionista.
Sanz sugiere una pugna entre el accionista mexicano con el segundo accionista, Diego Guerrero.
Secretismo
Si la liquidación se produce, tal como solicita Martínez, los acreedores y los accionistas perderían las inversiones. Pero, en el mundo de los negocios, las tristezas de unos se convierten en beneficios de otros.
Un misterioso inversor ha solicitado al juez la compra de los activos de la compañía. Si todo concluye tal como ha solicitado la propia empresa, Hedonai irá a la liquidación pero sus activos –en los que se incluyen las tiendas en El Corte Inglés, los equipamientos y la operativa— terminará en manos de un tercero que podría reflotar el negocio y liberarse de la deuda.
Es una jugada casi mágica, producida bajo el cobijo de la ley concursal española. Los acreedores pierden el dinero y los postores adquieren la actividad de la empresa a precio de saldo y sin deudas.
Los accionistas minoritarios no ven con buenos ojos la misteriosa compra, cuya oferta ha estado perfectamente coordinada con la petición de liquidación.
Este tipo de movimientos en pleno proceso concursal no son inusuales en el mundo empresarial español. Una juez de la Audiencia Nacional Emilia Ruiz-Jaramo, sembró dudas sobre el concurso de acreedores de Unipapel. La magistrada vio indicios de que la compra en por parte del fondo Springwater pudo haber sido decidida para que el anterior dueño se librara de las cargas laborales.
«Nos encontramos ante un claro supuesto de operaciones de ingeniería financiera y societaria encaminadas a eludir responsabilidades laborales, creación de empresa aparente, y de utilización fraudulenta de la personalidad jurídica», dijo la magistrada, con su voto particular, en una sentencia de la Audiencia Nacional.
Inversor agresivo
Martínez, procedente del negocio inmobiliario, es conocido en México por ser un inversor agresivo. Su confrontación con el resto de accionistas comenzó cuando propuso la entrada del fondo Sherpa Capital, también conocido por su vocación agresiva en la compra de empresas con dificultades, según los minoritarios.
Ante la posibilidad de que Hedonai sea liquidada, los accionistas en minoría han comenzado a tramar un golpe de Estado contra el empresario mexicano que posee el 40% de la sociedad.