El juicio al número uno de Samsung paraliza Corea del Sur
El juicio contra Lee Jae-Jong, heredero y líder de facto de Samsung, sacude un país que vive un escándalo político y empresarial sin precedentes
El juicio contra el heredero de Samsung en conexión con la trama de la Rasputina surcoreana arrancó este jueves en un ambiente de creciente tensión en Seúl en vísperas de que el Constitucional determine el futuro de la presidenta Park por su papel en este escándalo. Los abogados del hombre que lidera de facto el grupo empresarial más importante del país, Lee Jae-yong, rechazaron durante la audiencia preliminar que se celebró hoy todos los cargos que se le imputan, entre los que se incluyen malversación, ocultación de activos en el extranjero y, ante todo, soborno.
Lee, que no acudió este jueves a la corte porque no estaba obligado por ley, está acusado de autorizar el desvío de 43.000 millones de wones (35,4 millones de euros/37,3 millones de dólares) a fundaciones bajo el control de Choi Soon-sil, conocida como la Rasputina por su amistad con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye.
Los pagos se habrían realizado a cambio de que el fondo público de pensiones hubiera autorizado en 2015 una fusión de dos filiales de Samsung (una de las cuales estaba participada por el mencionado fondo) que reforzó el control del clan Lee sobre este grupo, pilar básico de la economía surcoreana. Lee, de 48 años, se hizo en 2014 con las riendas del conglomerado que aporta la quinta parte del PIB nacional después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto que lo ha dejado incapacitado.
Lee, de 48 años, se hizo en 2014 con las riendas del conglomerado, que aporta la quinta parte del PIB surcoreano
La sentencia está prevista para finales de mayo, según la agenda organizada durante la vista preliminar celebrada en los juzgados del Distrito Central de Seúl.
Manifestaciones masivas
No lejos de ahí, en la orilla norte del río Han, miles de efectivos policiales comenzaron a desplegarse en torno a la Avenida Sejong, lugar donde se han celebrado durante meses las manifestaciones a favor y en contra de la presidenta Park Geun-hye por su rol en el escándalo Rasputina que ha sacudido el país desde el pasado otoño. Este jueves, unos 8.400 efectivos y unos 360 vehículos fueron desplegados con intención de calmar los ánimos entre los manifestantes de ambas facciones, que más tarde tienen previsto marchar a lo largo del kilómetro que aproximadamente separa Sejong del Tribunal Constitucional. Esta corte se pronunciará el viernes a las 11.00 hora local (2.00 GMT) sobre el futuro del país.
Si el Constitucional ratifica la destitución de Park aprobada por la Asamblea Nacional (Parlamento) en diciembre, esto la despojaría de su inmunidad y obligaría a convocar elecciones presidenciales en un plazo inferior a 60 días. También sería la primera vez que Corea del Sur destituye a un jefe de Estado y adelanta los comicios presidenciales desde que el país volvió a celebrar elecciones democráticas en 1987 tras el mandato de dos juntas militares (una de las cuales lideró el general Park Chung-hee, padre de la actual presidenta).
El Constitucional podría ratificar la destitución de Park aprobada por la Asamblea Nacional en diciembre
La fiscalía considera que Park y su amiga Choi, de 60 años y encarcelada desde noviembre, se confabularon para presionar a Samsung y a otros grandes conglomerados empresariales surcoreanos para que realizaran donaciones a organizaciones vinculadas a la Rasputina a cambio de un trato favorable de las autoridades. Las conclusiones del Ministerio fiscal que ha investigado el caso señalan a la presidenta como sospechosa de los delitos de soborno, tráfico de influencias y abuso de poder.
El escándalo ha indignado a gran parte de la sociedad surcoreana que desde finales del año pasado se ha manifestado para pedir el cese de Park y cuestionar el modelo económico nacional, salpicado por la corrupción y coronado por los «chaebol», los gigantescos conglomerados cuya gestión es hereditaria, como en el caso de Samsung.