Marta Álvarez logra las armas para ser omnipotente en El Corte Inglés

Que Marta Álvarez no iba a quedarse de brazos cruzados en su sillón una vez ocupase la presidencia de El Corte Inglés no era ningún secreto. No lo hizo cuando era consejera y no lo hará una vez el consejo la nombre como primera autoridad de los grandes almacenes. Ahora lo realizará reforzada por los tribunales, que le limpian el camino al trono y la cargan de razones –o eso cree ella— para no aceptar un pacto que ponga fin a la guerra que mantiene con el expresidente Dimas Gimeno.

El juzgado de lo mercantil número 10 de Madrid rechazó este miércoles la demanda que María Antonia Álvarez, la madre de Gimeno, interpuso contra la adopción de Marta y Cristina Álvarez por parte del expresidente de los grandes almacenes Isidoro Álvarez.

La magistrada María Dolores Fernández Alcalde argumentó «falta de legitimación activa» de María Antonio Álvarez, hermana de Isidoro, para «el ejercicio de nulidad del procedimiento de adopción», según un auto adelantado por Expansión. Según la juez, un hermano no puede solicitar la nulidad; una impugnación que sólo corresponde al padre y la madre biológicas, el adoptado o el hijo biológico.

Las dos hermanas Álvarez tenían especial temor al procedimiento, admitido a trámite en octubre. En plena oleada de demandas por parte de Gimeno y su entorno, esta era diferente. De prosperar la impugnación, existía la posibilidad de que Marta y Cristina tuvieran que renunciar a la herencia percibida —que es a título nominal— debido a la elevada presión fiscal que tendrían que soportar y que podría alcanzar los 400 millones de euros. En principio, la donación quedaría en manos de su madre, María José Guil, explicaban fuentes cercanas a la familia hace semanas a Economía Digital.

Y es que al ser un familiar directo, las Álvarez solamente tributaron al 1% la herencia recibida gracias a las bonificaciones que ofrece la Comunidad de Madrid. De triunfar la impugnación de la adopción, el tipo ascendería al 54%. Entre los bienes estaba la participación del 69% de Cartera de Valores IASA, la sociedad que posee el 22% de El Corte Inglés. Ambas comparten la patrimonial con la propia María Antonio Álvarez y su hijo, el expresidente de los grandes almacenes Dimas Gimeno.

Los resultados del enfrentamiento judicial hacen sentir fuerte a Marta Álvarez

De este modo, el espaldarazo hace sentir fuerte a Marta Álvarez en su enfrentamiento judicial, el principal nubarrón que acecha sus aspiraciones a la presidencia en caso de aparecer alguna condena firme en el camino. Por ello, eran muchos los de su entorno que le proponían desde hace días un pacto que aleje la compañía de los tribunales está sobre la mesa, pero ella lo rechaza de plano. Y desde el miércoles con más fuerza.

Según explicaban fuentes judiciales a Economía Digital, los términos del acuerdo tienen como punto obligatorio la retirada de toda la ofensiva judicial que Gimeno y su entorno tienen en marcha. A cambio, estos piden segregar su participación de Cartera de Valores IASA, la sociedad que comparten y que posee el 22% de El Corte Inglés para pasar a tener un porcentaje directo de los grandes almacenes.

Sin embargo, los resultados judiciales hacen sentir fuerte a Marta Álvarez. Así, exige la retirada de los diferentes procedimientos judiciales sin concretar la contraprestación. 

A pesar de la victoria inicial, el capítulo de la adopción no queda cerrado por completo, pues María Vega, la abogada de María Antonia Álvarez, asegura que se procederá a «presentar el pertinente recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid».

La otra esperanza de la parte demandante es una sentencia favorable tras una vista celebrada el pasado 21 de marzo por la reducción de capital de IASA con la que las herederas de Isidoro obtuvieron 140 millones de euros en efectivo junto con otros activos. Los dos hermanos del Isidoro Álvarez denuncian que se trató de una operación hecha a las espaldas del resto de accionistas de la sociedad.

Reforzada en la presidencia de El Corte Inglés

Si bien la guerra se trasladó a los juzgados, el enfrentamiento entre Dimas Gimeno y las hermanas Álvarez se dio por cerrado en la cúpula de la compañía hace un año, cuando el expresidente fue cesado.

Marta siempre contó a su círculo la voluntad de ser presidenta de los grandes almacenes. Sin embargo, no pudo tomar el poder con el último cambio porque debía ganarse el favor de la vieja guardia –Carlos Martínez Echevarría y Florencio Lasaga–, el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani y el independiente Manuel Pizarro. Eran partidarios de alguien con experiencia en la gestión y que no estuviera salpicado por la guerra familiar.

Por ello,optó por Jesús Nuño de la Rosa, que en su palmarés contaba con el acuerdo de refinanciación de la deuda con la banca que alivio el horizonte financiero del gigante del comercio. Se le puso una misión: lograr el investment grade con tal de poder financiarse a través de inversores de primer nivel y facilitar una posible salida a bolsa en el futuro.

Menos de doce meses después y con las aguas ligeramente más calmadas Álvarez sí logró el apoyo gracias a la fuerza que le da el control accionarial de los grandes almacenes con Cartera de Valores IASA, que suma el 22,1% del capital. Allí, comparte accionariado con Dimas Gimeno, limitado a una posición testimonial al ser minoritario y no tener capacidad de decisión.

Ahora, gana nuevos argumentos al poder vender un horizonte judicial despejado de los nubarrones que se avecinaban en mayo. Los tribunales le dieron la razón hasta el momento, por lo que podrá ejercer su voluntad ante la reciente posición de fuerza ganada. “Si hasta ahora ya hacía y deshacía, ahora lo hará con mucho mayor motivo”, explican fuentes cercanas a la empresa.