El coronavirus echa al traste el plan de Grifols para reducir deuda
La compañía catalana vuelve a las ratios de endeudamiento de 2018, después de que el mercado celebrara el viraje hacia una política de ahorro
Si Grifols se había destacado a lo largo de los últimos años por sus esfuerzos en reducir deuda, el coronavirus echó por tierra todo el camino recorrido. La compañía de hemoderivados fue advertida en varias ocasiones por el mercado de que su política de expansión tensionaba su endeudamiento, por lo que cambió de estrategia para crecer. Ahora, el oxígeno anticoronavirus prestado por la banca vuelve incrementar las ratios de sostenibilidad entre deuda y ebitda.
La empresa codirigida por Víctor y Raimon Grífols tuvo que ampliar una línea de crédito revolving desde los 500 millones de dólares hasta los 1.000 millones. Aunque la organización asegura la ampliación no supuso un aumento del endeudamiento, la ratio entre deuda y ebitda –una métrica habitual para medir la salud de una empresa— ascendió desde las 4,17 veces en las que cerró el año 2019 hasta las 4,43 veces.
El dato del primer semestre de 2020 recuerda a las cifras en las que la cotizada catalana se movía hace dos años, cuando la relación rondaba las 4,5 veces. El desencadenante del incremento de la deuda fue la adquisición de Hologic en diciembre de 2016 por 1.750 millones de euros.
Banco Santander ya criticó hace un año que los objetivos de deuda de Grifols eran demasiado altos
Consciente de que el endeudamiento preocupaba al mercado, la compañía siempre expresó que su gestión “era una prioridad”. Además, tras refinanciar su pasivo con la banca a finales de 2019, lo cierto es que no debe afrontar vencimientos importantes hasta el año 2025.
Sin embargo, a día de hoy parece muy complicado que Grifols logre recuperar el camino emprendido antes de la pandemia y reducir la deuda hasta los niveles prometidos, entre 3,5 y 4 veces. En esta ocasión, el principal causante fue un descenso del ebitda de casi un 17%, desde los 696,8 millones del primer semestre de 2019 hasta los 579,9 millones actuales.
Los objetivos de deuda ya estaban en entredicho. Hace un año, los analistas de Banco Santander lamentaron que la cúpula de la firma había marcado unos objetivos de deuda «más altos de lo previsto». «La integración vertical y la mayor demanda implican mayores inversiones, lo que resulta en niveles de deuda más altos de lo previsto», señalaba la carta enviada a los inversores.
El 2019 de Grífols: objetivo reducir deuda
El salto de las ratios de endeudamiento llegó después de que el grupo comenzase a tomar medidas para recortarlas sin frenar su apetito expansivo. Por ejemplo: la adquisición del 26,2% de la china Shangai Rass Blood se hizo aportando el 45% de su filial estadounidense, Grifols Diagnostics Solutions. “La operación nos lleva a pensar que la gestión de la deuda se ha vuelto más conservadora y que ha empezado a anteponer su control frente a la velocidad del crecimiento”, auguran desde Bankinter.
Además, a finales del año pasado, Grifols volvió a sentarse con la banca para aplazar el pago de 5.300 millones de euros que llevaba en el pasivo. Aprovechando el encuentro, la cúpula de la farmacéutica incrementó la mochila y pidió 500 millones de euros ‘extra’ para incrementar la cifra hasta los 5.800 millones de euros entre bonos y entidades financieras.
La farmacéutica amplió una línea de financiación multidivisa hasta los 500 millones de dólares (455 millones al cambio del momento), emitió bonos por 1.675 millones y selló dos tramos de 2.500 millones de dólares (2.273 millones de euros al cambio del momento) y 1.360 millones de euros con inversores institucionales.
Así, la compañía pidió más recursos de los inicialmente previstos. En el anuncio del comienzo del procedimiento, Grifols habló en todo momento de un importe de “hasta 5.300 millones de euros” con el propósito de financiar “los planes de crecimiento a largo plazo”.