El coronavirus alarma a España: el vino y el jamón, en alerta
Los productores de vino y de cerdo ibérico están inquietos por la bajada de ventas en China, el segundo destino de las exportaciones fuera de la UE
El coronavirus pone en duda las expectativas del sector alimentario español en China, el segundo destino más importante fuera de la Unión Europea (UE) con exportaciones de más de mil millones de euros, únicamente por detrás de Estados Unidos —especialmente para la industria cárnica y el vino—.
«Cuando China estornuda, el mundo se resfría». Esta frase utilizada para hacerse eco del creciente peso económico del gigante asiático a escala global ha pasado a tener un significado literal, sobre todo después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretara la emergencia internacional. El coronavirus es una pandemia que ha traspasado fronteras y que tendrá también consecuencias económicas. De hecho, ya se observa una caída del consumo en el país. Teniendo en cuenta la relación tan fructífera que tiene España con China en cuanto a exportaciones, se convierte en una gran preocupación para el sector alimentario español.
«De momento nos informan de que el consumo está bajando, ya que la gente no sale a la calle y muchos supermercados han cerrado. El comercio electrónico, que es un canal muy importante para nosotros en China, también se está viendo afectado porque las empresas logísticas no están trabajando», apunta un portavoz de Calidad Pascual en declaraciones a Efe. La compañía láctea, que no tiene infraestructura propia pero vende en dicho país a través de subdistribuidores, ha suspendido un viaje comercial a la espera de ver cómo evoluciona la situación.
La decisión de la Administración de Trump de colocar un impuesto adicional a las importaciones de productos agroalimentarios de la UE —vino, aceite y quesos españoles, entre otros— amenaza con sacar del mercado a algunas compañías. Esto hizo ganar atractivo a China como forma de compensar una parte del terreno perdido en EE.UU. La propagación del coronavirus de Wuhan y las medidas decretadas por las autoridades chinas para controlar la pandemia han coincidido con la celebración del Año Nuevo chino, el 25 de enero, una época que según fuentes del sector se caracteriza por mayores niveles de consumo a los habituales.
La inquietud entre los productores del vino y el cerdo ibérico
La incertidumbre se encuentra también entre los productores de cerdo ibérico, ya que clientes chinos les han trasladado la posibilidad de que bajen las ventas por la escasa actividad comercial. Así lo reconocen fuentes de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici), que recuerdan el notable crecimiento que ha registrado la demanda de jamón en China. Un análisis parecido hacen desde la patronal cárnica Fecic, cuyos industriales que venden a China les transmiten que, por el momento, no se han visto afectados por la situación.
Desde la Federación Española del Vino (FEV) también brota la preocupación. Su director general, José Luis Benítez, prevé una «afectación en las ventas de vino, al menos a corto plazo», en unas fechas en las que a priori «hay más consumo y se hacen más regalos». En el sector del vino la preocupación es incluso mayor porque ya se están cancelando ferias y acciones comerciales en China, lo que genera un impacto en ventas y un quebradero de cabeza por las ayudas europeas a la promoción.
El coordinador de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas —organismo que aglutina a las Denominaciones de Origen—, Jesús Mora, explica que las llamadas «ayudas OCM» de la UE para la promoción exigen cumplir el calendario de actividades previsto, y de no ser así se penaliza al beneficiario. Ahora analizan qué hacer para que las bodegas y las DO puedan reasignar las subvenciones o al menos no verse castigadas; por el momento, abogan por alegar «causa de fuerza mayor», un concepto poco desarrollado normativamente pero que esperan que sea suficiente.