El cisma familiar cuelga el cartel de se vende en Pastas Gallo
Dos de los cinco hermanos propietarios de la compañía alimentaria catalana ponen su 40% a la venta por discrepancias en la gestión
Corren malos tiempos para la empresa familiar catalana. El paso de los años y de las generaciones, sumado a una crisis que ha hecho mella en sus cuentas y dividendos, está provocando la ruptura de importantes firmas familiares.
El caso más emblemático es el de Freixenet, todavía por resolver más un año después del cisma, y ahora se le ha sumado otra histórica compañía catalana: Pastas Gallo. El líder español de la pasta afronta un caso parecido al del líder del cava, con una división familiar que dará lugar a la venta de una parte de la empresa.
Dos de los cinco hermanos Espona Massana, propietarios de Gallo con un 20% cada uno, han puesto a la venta su paquete del 40%, según publica este lunes El Economista. Las razones, las discrepancias sobre la estrategia de futuro de la marca y la recuperación de sus números, que han incrementado su valoración.
El fabricante catalán de pastas es propiedad de cinco hermanos: Pedro Antonio, presidente de la compañía, Fernando, Carlos Ignacio, Pilar y Silvia. Las dos hermanas son las que están buscando comprador para sus participaciones, que valoran en un total de 120 millones de euros. El resto de hermanos no está por la labor de vender y quiere mantener el control de la compañía.
No será fácil
Según el mismo diario económico, no lo tendrán fácil para encontrar comprador. El precio, que valoraría a la compañía en 300 millones, es algo alto, según el mercado. Y más teniendo en cuenta que la compra del 40% no permitiría al comprador tomar las riendas de Gallo; sería un mero inversor.
Por una participación de control, la empresa sí que generaría mucho interés. Se ha especulado con Ebro Foods y Grupo Siro, y por fondos como Eurazeo, Artá, de la familia March, y 3i.
La compañía está en plena recuperación: cayó en números rojos en 2012 pero los abandonó dos años después. En 2015, último ejercicio cerrado, facturó 115,36 millones de euros, un 10,7% más, y ganó 3,67 millones, cuatro veces más que en 2015, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Pastas Gallo fue fundada en 1946 por José Espona, padre de los actuales propietarios, que compró una fábrica de harinas en Rubí (Barcelona).