Dimas Gimeno, un soplo de aire fresco en El Corte Inglés
El sobrino de Isidoro Álvarez asume la dirección general del gigante español
Aire fresco en la cúpula de El Corte Inglés. El gigante español ha presentado los resultados de un annus horribilis en el que ha visto como el beneficio caía el 18%. La compañía sabe que necesita un cambio de rumbo y una reconversión de su negocio. Y no ha querido esperar más para introducir savia nueva a la dirección.
Se trata de Dimas Gimeno Álvarez, sobrino del presidente del grupo, Isidoro Álvarez, que a sus 39 años asume el cargo de consejero director general de El Corte Inglés. Y lo hace envuelto de ejecutivos septuagenarios y octogenarios.
Su misión será la de adaptar un negocio que sólo se desarrolla en la Península y que desde el inicio de la crisis, ha empobrecido la caja del distribuidor. Conocedor de las entrañas de la compañía, ha liderado cambios organizativos orientados a la especialización y a lograr un mayor conocimiento, servicio y satisfacción del cliente, tal y como destaca el grupo. Fuentes del sector apuntan que el camino que inicia desde este domingo en la dirección general abre la puerta a un próximo relevo en la presidencia del grupo.
Empezó como vendedor
Gimeno, licenciado en derecho por la Universidad San Pablo CEU, inició sus andadas en la compañía de su tío desde lo más bajo: como vendedor de El Corte Inglés. Pero su carrera profesional tenía un marcado camino hacia lo más alto. Primero, en el 2000, como miembro del equipo de servicios centrales en Madrid, ciudad que vio nacer a la compañía en 1890 como sastrería.
Un año después, se trasladó a Portugal para colaborar en el crecimiento del grupo fuera de las fronteras españolas. Formó parte del equipo que puso la primera piedra del centro inaugurado en Lisboa.
Salto al mercado portugués
Gimeno, que además cuenta en su curriculum con un máster en derecho privado por la misma universidad en la que cursó sus estudios y un MBA por la escuela de negocios IESE, colaboró en el desarrollo del sueño portugués. Y lo hizo en un primer momento como adjunto al director general de la filial.
En el 2006, era él el quien lideraba otra gran apuesta del grupo. Se convirtió en el director del segundo centro inaugurado en el país vecino. Esta vez, en Oporto. Pero en 2008 volvió al mercado español incorporándose de nuevo a los servicios centrales de Madrid. Un año después, dio el salto a la dirección de ventas y en 2010 se convirtió en consejero de la compañía.
Ahora, estrena silla con una refinanciación de la deuda en el bolsillo. Pero ante sí, tendrá que hacer frente a la principal misión que le encomendará su tío: revertir los números, recuperar posición en el mercado y adaptar un negocio, centrado en el lastrado mercado nacional, a las necesidades del momento.