Moll prepara un ERTE en todas las cabeceras de Prensa Ibérica
El nuevo dueño de 'El Periódico de Catalunya' plantea un Expediente de Regulación de Empleo Temporal para todas las redacciones del grupo
Prensa Ibérica, el conglomerado de medios propiedad del empresario Javier Moll, será el primer gran grupo de comunicación que realizará un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de forma generalizada en todas sus cabeceras.
Es lo que transmitió la empresa este lunes a todos los trabajadores del grupo, que se reparten en 17 cabeceras regionales, entre periódicos y revistas.
Fuentes conocedoras cuentan a Economía Digital que la intención de la empresa es presentar un ERTE de reducción de jornada durante 4 meses, pero que todavía no hay una fórmula definida.
Desde CCOO explican que el periodo de negociación puede extenderse hasta 12 días (5 días para formar la mesa de negociación y otros 7 para cerrar un acuerdo), según los plazos que define ahora el Real Decreto que habilita el Estado de alarma.
El ERTE de cabeceras del grupo, como La Nueva España o Levante EMV, se unirán al anunciado la tarde de este lunes que afecta a la redacción de El Periódico de Catalunya, el nuevo buque insignia del grupo desde que Prensa Ibérica decidió comprar Zeta.
La adquisición del grupo catalán, entre los que se encontraba también el diario Sport, aumentaba la cartera de medios catalanes de Prensa Ibérica, que hasta entonces editaba Diari de Girona, Regió7 y el semanario Empordà.
Se trata del primer recorte fuerte en un gran grupo de medios. Los periódicos de Prensa Ibérica cuentan con una difusión de 152.483 ejemplares, de acuerdo a los datos de la Oficina de Justificación de Medios (OJD), y un creciente posicionamiento en soporte digital, con aproximadamente 20 millones de usuarios únicos mensuales y más de 210 millones de páginas vistas al mes.
Caída de publicidad en los medios
La decisión del grupo coincide con la llamada de auxilio de diferentes asociaciones de medios de comunicación que representan tanto a las televisiones, a las radios, a la prensa.
Todas ellas han coincidido en solicitar ayudas al Gobierno para afrontar el desplome publicitario que está suponiendo para ellos las medidas para frenar el coronavirus, que pasan por frenar la economía en seco, con la consiguiente caída del consumo y de la publicidad.
La situación es paradójica: las audiencias, independientemente del canal, están disparadas y todas las empresas de comunicación están llevando a cabo un fuerte despliegue informativo, pero los ingresos de la principal vía de facturación —lo que representan los muros de pago todavía es residual— ha caído cerca de un 80%.
Fernando Yarza, presidente de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA), reclamaba que si no se habilitan ayudas para los medios, la industria va a vivir «un tsunami y una tragedia para la democracia”.
Yarza pedía, por tanto, medidas de apoyo específicas para sostener la actividad de los medios, cuya función es esencial para que los ciudadanos — la venta de periódicos es de las pocas actividades que no están suspendidas en el decreto de alarma — se informen sobre qué sucede.
Para el presidente de WAN-IFRA estas ayudas pasarían por avales y créditos blandos, así como bonificaciones en las cuotas de Seguridad Social. Todo ello, según defiende, con el objetivo de mantener el empleo.