Continúa la fuga de empresas de Cataluña
Más de 1.500 empresas han abandonado la comunidad catalana en el primer trimestre de 2018
La comunidad catalana está viviendo unos convulsos meses y su tejido empresarial no se queda al margen.
Los titulares con los nombres de empresas que abandonan Cataluña han sido una constante desde la consulta convocada para el día 1 de octubre del pasado año, que cerró con un saldo negativo entre llegadas y salidas de empresas en la comunidad.
Los datos del primer trimestre de este año siguen esta tendencia. Si el año pasado 220 sociedades abandonaron Cataluña, en los tres primeros meses de 2018 han sido 1.695 las empresas que se han ido, casi ocho veces más, de acuerdo con el estudio sobre Cambios de Domicilio de Empresas en España realizado por INFORMA D&B.
“Seis de cada 10 empresas que trasladaron su domicilio en los tres primeros meses de 2018 eran catalanas”
Con este notable incremento la comunidad concentra la mayor parte de los traslados de sedes que se producen en España, el 61 %.
Si restamos las empresas que han llegado desde otras comunidades, pierde en total 1.601 compañías en tres meses, que suman un valor en facturación de casi 14.400 millones de euros (según lo declarado por estas empresas en 2016).
Madrid es la comunidad más beneficiada por estos movimientos, en ella se instalan el 61 %. Las siguientes autonomías que más empresas catalanas reciben son Valencia, un 10 %, y Aragón, un 7 %, que en el saldo entre entradas y salidas añaden un valor de facturación de 1.050 y 673 millones de euros respectivamente.
Dónde se instalan las empresas
Lógicamente el traslado de la sede social de una compañía no implica que la empresa mude también toda su estructura y a los empleados de la misma.
Los datos generales indican que Andalucía y Cataluña son las comunidades con mayor número de empresas de activas. Sin embargo, es Madrid la que tiene un mayor efecto llamada para las compañías que deciden mudarse. Y también la que mantiene una mayor tasa de empleabilidad (relación del número de empresas con la población) que en 2017 era de 67,99 empresas por cada 1.000 habitantes.
“Las únicas que mantienen un saldo negativo son, además de Cataluña, Castilla y León, Asturias y Extremadura”
En mayor o menor medida casi todas las autonomías mantienen un saldo positivo entre salidas y llegadas. Solo en tres, además de Cataluña, el número de empresas que se va es superior al que llega: Castilla y León, Asturias y Extremadura, aunque son cifras muy por debajo a la catalana, pierden una, dos y trece en cada caso.
¿Por qué se mudan las empresas?
Los motivos por los que las empresas se decantan por una localización u otra son diversos, dependiendo del sector y del tipo de actividad de la empresa: estar más cerca de las materias primas que necesita para su producción, encontrar una fuerza laboral más cualificada con un menor coste, reducir los impuestos que paga, estar próxima al cliente final, localizarse en un cluster de empresas del sector…
«Una decisión errónea puede conllevar la desaparición de la empresa»
Una decisión acertada puede suponer ahorros operacionales y también impulsar el crecimiento y los resultados de la empresa.
Por eso, cualquier negocio que va a empezar o esté pensando en un cambio de domicilio debería analizar muy bien sus posibilidades, para encontrar la que más le convenga según su tamaño y tipo de actividad.
La importancia de conocer la zona
Marcas como eInforma permiten conocer todos los datos de actividad de las diferentes zonas de interés y también de las empresas localizadas en ellas, a través de completos informes comerciales sobre las mismas.
“La tecnología ha tomado un peso importante en las decisiones gracias al Big Data”
Asimismo, las nuevas tecnologías permiten analizar de forma mucho más rápida gran cantidad de datos y poder acceder a ellos de forma rápida y sencilla para el usuario.
eInforma facilita herramientas que permiten segmentar el mercado por múltiples datos
A través de las nuevas herramientas de análisis de geolocalización se podrá profundizar más en cada zona y segmentar los datos (por sector de actividad, volumen de empleados, facturación…) según el objetivo que se tenga en mente en un área más o menos amplia (comunidad, provincia, municipio, código postal o secciones censales).