Consejeros y directivos de DIA se conjuran para culpar a Currás
La directiva y el consejo de administración, que respaldó a Ricardo Currás hasta que la empresa llegó al borde de la quiebra, elude responsabilidades
El consejo de administración de DIA y gran parte de la cúpula directiva que lleva décadas dirigiendo los destinos de la cadena de supermercados han acordado una estrategia común: el desastre empresarial de DIA, al borde de la quiebra, sólo tiene un responsable. Este es Ricardo Currás, el ex consejero delegado que dirigió a la empresa desde 2013 y que fue despedido en agosto del año pasado.
Currás trabajó durante los últimos cinco años sin ningún tipo de oposición ni en el consejo de administración ni en la cúpula directiva. Sus órdenes se ejecutaban sin rechistar y sus cuentas eran aprobadas sin objeciones a pesar de las evidentes señales de que la compañía se dirigía al despeñadero.
Ahora, todos los directivos y el consejo de administración justifican en privado que sólo ejecutaban órdenes, que desconocían las cuentas falseadas y que nunca imaginaron las graves irregularidades que llevaron a la compañía a la falsificación de las cuentas para mejorar artificialmente los resultados y para que los máximos responsables cobrasen bonos más elevados, según explican fuentes cercanas a la empresa.
Los únicos sacrificados tras el desastre de DIA han sido cuatro directivos: la presidenta Ana María Llopis, los ex consejeros delegados Ricardo Currás y Antonio Coto y el ex director financiero Amando Sánchez.
Los miembros del consejo de administración, que aprobaron las medidas y las cuentas de Currás, eluden cualquier tipo de responsabilidad en la situación desastrosa de la empresa. Y no sólo eso: es la actual cúpula la que ahora asegura que es la única capaz de sacar a la empresa en la ruina en la que está sumergida.
Siete consejeros de nueve avalaron a Currás
El propio consejero delegado, Borja de la Cierva, fue nombrado durante la época en la que Ricardo Currás era consejero delegado, y participó en la aprobación de cuentas. De la Cierva asegura que ni él ni el resto de consejeros contaba con la información detallada para destapar el gran fraude que ahora la propia empresa ha llevado a la fiscalía y que señala a los dos exconsejeros delegados: Ricardo Currás y Antonio Coto.
De los actuales nueve consejeros en el consejo de administración de DIA, siete fueron nombraron en la época en que nada se movía en la cadena de supermercado sin el visto bueno del ahora consejero delegado investigado. Sólo Jaime García Legaz, presidente, y Miguel Ángel Iglesias Peinado, consejero ejecutivo, fueron nombrados a posteriori.
En cambio, Mariano Martín Malpaso, Borja de la Cierva, Julián Díaz, Antonio Urcelay, Angela Sprindler y María Garaña trabajaron y aprobaron los planes y las cuentas de los consejeros delegados fulminados. En la cúpula directiva también permanecen Miguel Guinea Valle, directivo mano derecha de Currás, y Faustino Domínguez, que han sido responsables del negocio ruinoso de las franquicias de DIA.
El fondo de inversión LetterOne, que mantiene una pugna por hacerse con el control de la compañía, en contra de la voluntad de la actual cúpula, no oculta su disgusto porque no hayan habido cambios de fondo en el consejo de administración que llevó a la ruina a la empresa.
“Han cambiado al consejero delegado, pero el consejo de administración es prácticamente el mismo que el que trabajó con Ricardo Currás. Han hundido a la empresa y ahora dicen que sólo ellos pueden salvarla”, explican fuentes cercanas al fondo ruso, dirigido por Mikhail Fridman, que intenta hacerse con el control de la empresa con una opa que está siendo saboteada desde la propia empresa.