Coche compartido a dos velocidades: Madrid golea a Barcelona
Madrid se coloca a la vanguardia española del coche compartido. Colau, en cambio, aguarda a regular para no crear otro incendio municipal
Según un estudio de la Agencia Europea del Medio Ambiente y de Ecologistas en Acción, se calcula que 25.000 muertes en España se producen por la contaminación del aire, que viene, en un 50%, de la emisión de gases por el tráfico rodado.
De esta manera, el carsharing se ha convertido en la opción preferida de muchos para evitar los efectos que conlleva un coche. De hecho, según un estudio elaborado por la empresa de renting ALD Automotive, un 25% de la población ya utilizando este método para desplazarse.
Sin embargo, en España avanza a dos velocidades: mientras en Madrid ya está totalmente implementa, Barcelona aparta el asunto hasta después de las elecciones municipales con tal de no abrir un nuevo incendio municipal.
En ese sentido, las compañías líderes en el mercado, como Bluemove o Avancar, ya potencian el uso de coches eléctricos en sus flotas. Detrás de ambas, los propios fabricantes lanzaron sus propias marcas, como Car2go (Daimler), Respiro (Seat), Emov (Psa) y Zity (Renault).
Así lo confirma el director de marketing de Avancar, empresa radicada en Barcelona (y en otras cuatro ciudades del área metropolitana), Tomás Adelantado: “hemos renovado un pacto con Hyundai que nos permitirá en 2019 alcanzar un 30% de vehículos híbridos en nuestra flota”.
Barcelona contra Madrid
Precisamente, Avancar decidió dejar de operar en la capital catalana en enero de 2019. Si bien la compañía evita concretar, fuentes del sector señalan las dificultades para asaltar el sector en Barcelona.
«La alcaldesa, Ada Colau, decidió aparcar el tema hasta después de las elecciones municipales; necesitamos aparcamientos gratuitos en el centro de la ciudad igual que tenemos en Madrid», dicen desde una de las empresas.
En cambio, el auge del sector es un hecho en Madrid. A mediados de 2018, la flota de vehículos se había multiplicado por cuatro hasta alcanzar más de 2.000 vehículos en menos de tres años, mientras que el número de clientes había pasado de 180.000 a casi más de 300.000 –en Madrid se realizan al día 2,5 millones de desplazamientos en coches particulares– sumando todas las empresas.