Caso Zed: Fridman desvela por qué no quiere declarar en España
El propietario de DIA, imputado por la quiebra de Zed, alega motivos de salud para no declarar físicamente en la Audiencia Nacional
La imputación de Mikhail Fridman por la quiebra de la tecnológica Zed ofrece un nuevo capítulo. Tras solicitar ir a la Audiencia Nacional como testigo y no como imputado, primero, y rogar más tiempo para declarar por haber cambiado de abogado, después, el magnate ruso propietario de la cadena de supermercados DIA alega motivos de salud.
De acuerdo a la información a la que ha tenido acceso Economía Digital, la defensa de Fridman trataría así de desmentir las acusaciones que señalaban que el empresario pedía declarar por videoconferencia para no pisar España, con el objetivo de evitar problemas judiciales, como que el juez le obligara a comparecer e ir a firmar cada 15 días.
«El bufete Baker McKenzie, la nueva defensa de Mikhail Fridman, ha solicitado al juez la declaración por videoconferencia del empresario por motivos de salud y compromisos profesionales», señalan.
La nueva defensa de Fridman ha pedido que la declaración se haga desde Londres, donde el empresario se someterá a dos intervenciones quirúrgicas oftalmológicas, una a mediados de septiembre y otra a principios de octubre.
Añaden que la prescripción médica es no volar tras las mismas y durante un periodo prudencial. «Estas intervenciones quirúrgicas fueron agendadas desde antes del verano y los médicos recomiendan que no se demoren las fechas», explican.
Fridman y su (no) llegada a España
El porqué Fridman no quería declarar en España ha sido motivo de rumores durante las últimas semanas, sobre todo porque el empresario, de acuerdo a distintas fuentes consultadas, ha estado presente en el país en ocasiones contadas pese a haber adquirido la compañía de supermercados DIA, la tercera cadena con más cuota de mercado por detrás de Mercadona y Carrefour.
La relación de Fridman con la justicia española ha dejado varios capítulos. El magnate ruso fue imputado por la quiebra de Zed el pasado mes de agosto, mes en el que se le advirtió de que debía pasar por los juzgados españoles el jueves 12 de septiembre.
La defensa de Fridman contestó al escrito del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, a quien solicitó comparecer, pero como testigo y no como imputado. En la documentación que este medio pudo consultar se trataba de tumbar punto por punto los cuatro delitos que se le imputaban, entre ellos el de apropiación indebida o el de alterar los precios.
Pero la petición fue denegada. García Castellón mantuvo la imputación de Fridman, aunque una última solicitud, en la que el empresario ruso alegó que había cambiado de abogado, obligó a mover el calendario. La nueva fecha para la comparecencia de Fridman en la Audiencia Nacional será el próximo 7 de octubre.
Fuentes del entorno del magnate ruso normalizaron la situación. Alegan que la petición de más margen de tiempo es algo habitual en este tipo de procedimientos. De hecho, la defensa de otro de los investigados, el que fuera consejero delegado de Zed Worldwide, Javier Pérez Dolset, había pedido también el aplazamiento por problemas de agenda.
Mikhail Fridman es un empresario ruso de origen ucraniano al que se le considera un oligarca cercano al presidente Vladimir Putin. Es propietario de Letterone, un conglomerado de empresas de los más diversas (energía, distribución y telecomunicaciones, entre otros) con sede en Londres. La ciudad británica es, además de la sede europea de su holding, su residencia. Forbes lo considera el segundo ciudadano ruso más rico de la city, solo superado por Leonard Blavatnik.
Fridman se defiende de las acusaciones de Dolset
Las declaraciones de Mikhail Fridman se enmarcan en la investigación del caso Zed, en el que se tratan de averiguar las causas reales que llevaron a la tecnológica española, que llegó a considerarse la tecnológica del país más valiosa (solo por detrás de Telefónica e Indra), a la quiebra.
La resurrección del caso ZED llegó este verano, cuando el fiscal anticorrupción José Grinda solicitó a la Audiencia Nacional que citara en calidad de investigado — eufemismo utilizado para evitar hablar de la figura de imputado — a Fridman por presuntamente haber llevado a la insolvencia a la empresa tecnológica española.
Dolset, fundador de la compañía, acusa a Fridman y a una serie de empresarios rusos de urdir un plan para entrar en la compañía para prestarle apoyo económico, ahogar económicamente e intentar quedársela después a precio de saldo. Se trata de una maniobra calificada como raiding (asalto) por la policía y cuyos aspectos, según distintas voces, se asemeja a la compra de Fridman por DIA.
Desde el entorno del dueño de DIA, por su parte, contestan que todas las inculpaciones son una invención del señor Dolset. Una de ellas, explicadas por este diario, tratan de desmentir la posición de privilegio que supuestamente el empresario habría tenido sobre Zed después de participar de un préstamo sindicado de 140 millones de euros.