Carrefour declara en los juzgados por el fiasco de las franquicias Express
Un jefe de Carrefour admite en los tribunales que la compañía ha colocado más de 100 tiendas a sus propios empleados
Carrefour busca entre sus propios empleados la expansión de las polémicas franquicias Carrefour Express, los supermercados de proximidad con los que la cadena de alimentación intenta llegar a los barrios.
Uno de los jefes de Carrefour Express, Jesús Bermejo, ha declarado este miércoles en los juzgados de Madrid por la quiebra de las franquicias Carrefour Express. Uno de los primeros afectados, Manuel Ramírez, que era jefe de sección de un hipermercado de Gavà (Barcelona), acusa a la compañía para la que trabajó casi 30 años de estafa y administración desleal.
El juzgado de instrucción número 11 de Madrid ha llamado a declarar al jefe de proximidad de Carrefour Express, Jesús Bermejo, que admitió en los juzgados que la empresa había entregado cifras de negocio por encima de las que el franquiciado obtuvo en la realidad.
El jefe de Carrefour Express explicó ante el juez que la compañía había colocado un centenar de tiendas a trabajadores de Carrefour. Una sexta parte de las casi 600 tiendas de Carrefour Express están ahora en manos de ex trabajadores.
El pasivo en activo
La jugada es casi mágica para la contabilidad de la compañía que consigue transformar un importante pasivo laboral (las liquidaciones de los trabajadores con muchos años de antigüedad) en activo.
Carrefour ofrece la liquidación como parte de pago para la apertura de una nueva tienda, que normalmente asciende a unos 400.000 euros de inicial. Los departamentos de Recursos Humanos llaman a trabajadores con antigüedad y cercanos a la jubilación para ofrecerles la posibilidad de abrir una tienda. De rechazarla, el empleado irá a la calle, según relata el querellante.
El juez pidió a Carrefour entregar en un plazo menor a 20 días toda la comunicación escrita entre el franquiciado y la empresa. Carrefour admite que las ventas de la tienda no fueron las esperadas pero culpa a Ramírez, exjefe de sección durante 30 años, de no llevar correctamente el establecimiento.
Carrefour ha recibido diez querellas en toda España por exfranquiciados que consideran que la compañía les ha impuesto condiciones extremadamente duras que les ha impedido sacar adelante el negocio.
La compañía asegura que su modelo es exitoso y que la culpa de los fracasos son de los franquiciados. Carrefour ha asegurado en el juzgado que tan sólo han cerrado tres tiendas gestionadas por exempleados, pero no ha aclarado el número de establecimientos totales que se han cerrado en España por pérdidas.