Carmena ultima su plan para frenar a Uber y Cabify
El Ayuntamiento de Madrid propone establecer una jornada máxima de trabajo de 16 horas y dos días de descanso semanales para los vehículos de Uber y Cabify
El Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena al frente, quiere limitar el servicio de Uber y Cabify. Así, pretende establecer una jornada máxima de trabajo de 16 horas, además de dos días semanales de descanso para igualarlo al taxi, una de las demandas que hizo el sector durante sus protestas.
Así lo contempla el borrador de la ordenanza municipal de movilidad en la que trabaja el consistorio de la capital, que ahora comienza el periodo de consultas, según publica Europa Press. En el borrador también se limitan los viajes en vacío de los coches con licencia VTC (las que utilizan compañías como Uber y Cabify) en función de su categoría ambiental.
El horario máximo de trabajo de 16 horas diarias tendrá como excepción los vehículos adaptados a personas con movilidad reducida. En cuanto a las dos jornadas de descanso semanales, podrán eludirse en fechas concretas, al igual que ocurre con el taxi.
Además, el consistorio dirigida por Manuela Carmena también propone constituir un registro municipal de autorizaciones de VTC. De momento, las asociaciones del taxi no han recibido ninguna información oficial.
«No tenemos información oficial del contenido de la ordenanza, pero todo lo que sea regular las VTC nos parece bien. Es triste que lo haga el Ayuntamiento porque la Comunidad de Madrid ha decidido lavarse las manos», asegura Saúl Crespo, portavoz de la plataforma de Taxi Caracol.
No obstante, las medidas están muy lejos de las demandas que el taxi trasladó a la Comunidad de Madrid. El presidente del Ejecutivo regional siempre optó por ceder la regulación de VTC a los ayuntamientos, ya que hay aspectos de movilidad en los que «cada municipio tiene unas necesidades distintas».
La comunidad apuesta por mejorar la oferta del taxi
Por su parte, la Comunidad de Madrid considera que «es más interesante» mejorar la competitividad y la oferta del sector del taxi, en lugar de reducir el margen de maniobra y la disponibilidad de los vehículos VTC para que puedan ser utilizados por los usuarios.
El vicepresidente regional, Pedro Rollán, ha reconocido que ésas son «algunas de las atribuciones que tiene la Administración local, en este caso, el Ayuntamiento de Madrid» pero que es «mas interesante» que se den más facilidades a taxistas.
«En lugar de fijar una tabla rasa por debajo es más interesante que se den más facilidades a los taxistas para que en lugar de trabajar cinco días puedan hacerlo siete y en lugar de que las jornadas sean máximo de 16 horas, lleguen a 24″, comenta.
Esto, según entiende, «redundaría en un mejor servicio y en la generación de puestos de trabajo» para cubrir los espacios que «están restringidos en su aprovechamiento por parte del taxi».
El lunes se reunieron los taxistas y representantes de las VTC con la Comunidad de Madrid, pero se han roto las negociaciones
«Si se limitan los horarios y los usos de los VTC va a sobrar mano de obra cuando uno de los asuntos que más preocupan a los madrileños es el empleo», defiende.
El lunes se reunieron las asociaciones del taxi con la Comunidad de Madrid, así como con las VTC. Sin embargo, el sector del taxi abandonó la reunión al considerar que era una «farsa». El presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, Julio Sanz, denuncia que les presentaron un reglamento que solo regulaba al taxi, y no las VTC.
El comité regional de transportes extraordinario es solo de cara a la galería, nos proponen reuniones durante cuatro años para resolver el problema. En ese tiempo el conflicto ya será una guerra total o uno de los sectores habrá desaparecido, en este caso el del taxi», critica Crespo.
Regulación de la precontratación
El principal escollo para los taxistas ha sido el tiempo de contratación. Los taxistas consideran que se tiene que establecer un tiempo mínimo de antelación para la contratación de las VTC. Empezaron pidiendo entre seis y 12 horas, que después redujeron hasta a 15 minutos.
Este es el tiempo que han instalado en Cataluña, que los ayuntamientos pueden ampliar a una hora. Por su parte, el sector de las VTC asegura que el 98% de sus contrataciones corresponden a servicios realizados en el momento, por lo que aplicar esta medida supondría el final de su servicio.
De hecho, tras la decisión de Barcelona tanto Uber como Cabify anunciaron que dejaban de dar servicio en la región.
En Madrid, en un momento el presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, y la alcaldesa Carmena llegaron a un preacuerdo para regular los vehículos de transporte con conductor mediante una «distancia mínima» en la contratación.
Es decir, que no se haría mediante tiempo -como se ha decidido hacer en Cataluña– sino por espacio. Así, según el borrador, el usuario de un VTC debe encontrarse a una distancia mínima de 300 metros del vehículo para poder contratarlo, lo que, a juicio de los taxistas, es «una anécdota o una burla».