Bimbo se atraganta con el negocio de Donuts
La cúpula mexicana asume que la compra de Panrico no es tan rentable como esperaba y critica su rendimiento tras una unión que tardó más de lo esperado
Bimbo comienza a pensar que la compra de Panrico quizás no fue tan buena idea como parecía. La adquisición de la división de dulces del gigante español; responsable de productos como Donuts, Donettes y Bollycao; se presumió como un impulso a su negocio de bollería. Tres años después, la cúpula de la empresa en México ya critica “el débil desempeño” de una integración que encima costó más de lo previsto.
En los resultados presentados hace apenas una semana, el conglomerado presidido por Daniel Servitje lamenta que el crecimiento de la división de Asia, África y Europa “se vio afectada por el débil desempeño de los dulces en Iberia”. El grupo, que cerró el mes de septiembre con unas ventas de 9.386 millones de euros, da un tirón de orejas a la dirección española por segundo trimestre consecutivo por idéntico motivo.
No es la primera crítica desde las oficinas centrales a una operación que se firmó en 2015 por 190 millones de euros y que engloba el negocio de España y Portugal. En el primer trimestre la empresa ya lamentó que el crecimiento orgánico se vio golpeado “por los retrasos relacionados con la integración en Iberia”.
Los problemas se arrastran desde el ejercicio pasado cuando el beneficio operativo mundial cayó el 3,4% hasta los 773,9 millones de euros –al cambio actual— por “los mayores gastos de la integración de Donuts”, que escalaron unos 61 millones de euros más de los previstos.
Sin embargo, el rojo no tiñe las cifras de la división de pan de molde, pues las mismas cuentas celebran «un aumento del volumen» en la Península Ibérica que se mantiene desde comienzos de 2018.
El agujero de la filial ibérica de Bimbo
El peso de la división de dulces provoca que la filial española de la multinacional acumule pérdidas de 236 millones de euros en los últimos tres años. En 2017, la compañía se dejó 59 millones de euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Por ello, el grupo americano ya ha inyectado casi 200 millones en dos años con tal de mantener a flote la sociedad.
La atonía de las ventas se deja ver en el día a día de la empresa. Fuentes internas se duelen a Economía Digital de la baja actividad de las plantas heredadas de Panrico, dedicadas a la bollería. «Prácticamente todas están por debajo del 50% de su capacidad, y a pesar de que prometen nuevos productos la situación no mejora desde hace meses», dicen.
Las mismas voces ejemplifican los problemas con la fábrica de Santa Perpétua de la Mogoda (Barcelona). La instalación funciona a menos de la mitad de su potencial. La línea de Donuts funciona a dos turnos y deja uno libre, la de Bollycaos está ocupada a un solo turno y deja libre otros dos y la de Donettes no cubre ni la totalidad de un servicio, dejando más de dos huecos sin actividad.
Eso sí, “por el momento no está previsto el cierre inmediato de ninguna fábrica”, explican. Una muestra de la aparente firmeza en la apuesta española es que en los últimos meses se ha llegado a un acuerdo –a la baja– para aprobar el convenio colectivo de todas las plantas.
Bimbo pierde en las ventas
Fuentes no oficiales del grupo atribuyen las bajas ventas a problemas con la distribución y a la caída del mercado del dulce. Los datos de 2017 de la consultora Nielsen a los que tuvo acceso Economía Digital mostraban un descenso del 25% del volumen y del 23% del valor de las marcas Donuts, Donettes y Bollycao.