AT&T compra Time Warner pese a las trabas de Trump

La empresa de telecomunicaciones AT&T se convierte en un gigante de los medios tras adquirir Time Warner. La operación, valorada en 85.000 millones de dólares (38.813 millones de euros), se cierra pese a los dos años de trabas impuestas por el gobierno de Donald Trump, que temía el proceso de concentración del mercado. El presidente llegó a decir que la adquisición no era «buena para el país».

Finalmente la justicia estadounidense ha autorizado la operación que; según el primer ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson; combina «los contenidos y el talento creativo de primer nivel de Warner Bros, HBO y Turner«, con el «punto fuerte» de la empresa, que es «la distribución directa al consumidor». «Ofreceremos a los clientes una experiencia de entretenimiento diferenciada, de alta calidad y a través del teléfono», añadió.

El hasta ahora primer ejecutivo de Time Warner, Jeff Bewkes, permanecerá como asesor durante el periodo de transición. La operación implica que pasen también a AT&T editoriales de cómics como DC, grupos de información como Clarín y empresas de entretenimiento como Cartoon Network o Hanna-Barbera.

Las entidades antimonopolio de EEUU han recurrido durante dos años la operación

El Ejecutivo declaró sentirse «decepcionado» con la operación, tras dos años de recursos a través de las entidades antimonopolio, y por el momento no ha recurrido, aunque tiene 60 días para apelar la decisión judicial. Sin embargo, alega que la fusión puede generar un aumento del precio de los servicios que prestan y potencialmente bloquear a los creadores de contenidos para que los distribuyan sin pagar costos adicionales.

Para alejar las sospechas, AT&T ha asegurado que pondrá «un cortaguegos» entre la operadora y Turner para eliminar la ventaja competitiva que podría otorgarles la compra del grupo de medios. Uno de los temores de la Administración Trump era que AT&T ganara una ventaja injusta frente al resto de las televisiones de pago.