Así manipuló Iberdrola el precio de la luz
Competencia demuestra que el grupo alteró el mercado "de forma fraudulenta" al reducir la producción en la cuenca del Miño-Sil en períodos de fuerte demanda
Nadie da puntada sin hilo en el sector eléctrico. E Iberdrola, uno de los grandes operadores hidráulicos, no iba a ser menos. El grupo de Ignacio Sánchez Galán encajó a finales de 2015 una millonaria multa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (nada menos que 25 millones de euros) por manipular la producción de sus centrales hidroeléctricas de varias cuencas, entre ellas la de Miño-Sil.
Competencia considera probado que Iberdrola manipuló entonces y redujo la disponibilidad de sus centrales para aprovechar puntuales alzas de precios en momentos de gran demanda, concretamente en período de Navidades, y así hacer entrar en funcionamiento las centrales de ciclo combinado (utilizan gas para producir electricidad), que son más caras. Finalmente, Iberdrola logró que la Audiencia Nacional suspendiera cautelarmente el abono de la multa, aunque el tribunal no entraba a valorar el fondo del asunto.
Esta es la estrategia desvelada por el supervisor:
El modus operandi de Iberdrola Generación tuvo su fundamento en «el propósito de hacer entrar ciclos combinados más caros, asegurando así un precio de mercado más elevado que el que se habría obtenido de otro modo», dice Competencia en el expediente sancionador abierto a la compañía. Tal actuación supuso un incremento del precio de mercado que se ha estimado en unos siete euros por megavatio y hora, «de los que se benefició la producción inframarginal de esta empresa».
Los beneficios estimados para Iberdrola Generación, según Competencia, fueron de unos 21,5 millones de euros, en el período comprendido entre los días 30 de noviembre al 23 diciembre de 2013, lo que representa en torno a un 9% de sus ingresos en ese período en el programa diario.
La estrategia de Iberdrola Generación consistente en reservar esa capacidad de energía hasta el punto de reducir su nivel de producción hidráulica casada en mercado diario mayorista, «no venía justificada por un posible agotamiento del recurso hídrico, pues la capacidad que tenían los embalses era superior a la de otros años, en los que, no obstante, Iberdrola Generación produjo más con precios menos elevados».
Este tipo de actuación (que lleva al mercado a precios artificiales, que no se corresponden con la capacidad de producción que está disponible ni con los datos fundamentales del mercado, dice el expediente) «constituye una manipulación típica de mercado, como conducta prohibida por el reglamento sobre la integridad y la trasparencia en el mercado mayorista de energía», según Competencia.
Objetivo, incrementar los precios
Lo que es realmente llamativo para Competencia es que, en un contexto en que Iberdrola Generación venía ofertando «con normalidad una determinada capacidad hidráulica al mercado, toma la decisión de retirarla cuando precisamente el mercado pasa a un contexto de subida exponencial de precios«. «Con ello», dice el supervisor, «provoca la entrada de tecnologías más caras, que se hacen necesarias para cubrir la demanda, y que incrementan en mayor medida el precio de casación del mercado».
Esta actuación no es puntual ni accidental, según el expediente sancionador, sino que se mantiene de forma sostenida en un período de tiempo amplio, y exige de Iberdrola Generación la corrección constante de sus ofertas (mediante la subida progresiva de sus precios) para asegurar que la capacidad que se retira se mantiene fuera del margen de casación.
Iberdrola ve «legítimo» y «racional» su actuación
Iberdrola rechaza las conclusiones de Competencia y considera que en el periodo analizado por el organismo regulador «no hubo manipulación fraudulenta tendente a alterar el precio de la energía eléctrica porque actuó siempre como un gestor prudente y razonable de las centrales hidroeléctricas investigadas, lo que además se ha probado mediante la presentación de informes de expertos cualificados independientes».
En su descargo, Ibredrola señala que su «comportamiento fue perfectamente racional y legítimo y los hechos en los que se basa el expediente, respecto de los que por su propia transparencia no hay discusión, se interpretan y califican por la CNMC de manera incorrecta y sesgada a través de una serie de inconsistentes juicios de intenciones».