Así ganan (y pierden) dinero los Carulla con sus empresas
La división de comida para animales y Gallina Blanca, la cara de los negocios de la familia Carulla. La firma de inversión Inveramen y el diari ARA, la cruz
El conglomerado de la familia Carulla juega en varios frentes. Y no en todos tiene éxito. Agrolimen SA, el holding de la saga catalana, reparte sus cartas entre la comida para animales, el cava, la inversión en capital riesgo y la alimentación. Si el grupo acumuló beneficios por valor de 19 millones en 2016, la nota negativa fue el diario ARA, del que es máximo accionista y que perdió 554.947 euros.
Según las cuentas a las que ha tenido acceso Economía Digital, las diferentes filiales reportaron unos dividendos de 42,18 millones de euros al entramado que encabeza Artur Carulla. Los negocios más rentables: la venta de comida para animales y GB Foods, la antigua Gallina Blanca.
El principal motor del grupo es Affinity Petcare, productora de comida para mascotas. La firma registró unos beneficios de 32 millones de euros durante el pasado ejercicio, con una facturación que rondó los 400 millones de euros. Además, los Carulla se embolsaron un dividendo de 27,1 millones de euros- Directo a sus bolsillos.
GB Foods obtuvo unos beneficios de 25,6 millones y reportó un dividendo de 15 millones para los Carulla
La segunda rama del conglomerado es GB Foods, propietaria de marcas como Avecrem, Gallina Blanca y Yatekomo. La sociedad cuenta con un capital de 190 millones de euros y superó los 600 millones en ventas en 2016. Así, el negocio de la filial generó unos beneficios de 25,6 millones de euros y un dividendo de 15 millones para sus propietarios.
No obstante, los Carulla evitan compartir la totalidad de sus ganancias en GB Foods. Como explicó Economía Digital, el informe de auditoría de PwC denuncia las lagunas existentes. «Las cuentas no incluyen la información relativa al importe de los sueldos, dietas y remuneraciones de todo tipo, como pensiones y seguros de vida, relativos al personal de alta dirección”, alerta. La omisión no es baladí, pues violenta la ley de sociedades de capital y el plan general de contabilidad español.
A pesar de no retribuir directamente a los accionistas con dividendos, otra sociedad rentable fue la cavista Rouger Goulart, que ganó 192.000 euros. Superaron el millón de euros de beneficios la firma de inversión Pronex Inversur (1,02 millones) y Ridere (1,2 millones) prestamista de otras empresas del grupo.
La empresa de capital riesgo Inveramen y la expansión de Affinity, los grandes agujeros de los Carulla
Sin embargo, no todo es de color de rosa en el holding familiar. El principal tropiezo llegó con la firma de capital riesgo Inveramen, que perdió 28,9 millones. La firma agrupa el negocio de Affinity en Brasil y es el principal accionista de Consorcio del Jabugo, una sociedad dedicada al mundo del jamón que facturó alrededor de 30 millones de euros.
Tampoco funcionan las inversiones de la saga dirigidas desde el paraíso fiscal de Delaware (Estados Unidos). Vehiculadas a través de la sociedad Predict SL, la compañía gestiona desde el Estado de la costa este la expansión de la división de comida para mascotas en territorio norteamericano. El resultado: unas pérdidas de 6,3 millones de euros.
Menor es el agujero producido por Illa de Gracià SA, dedicada al negocio agrario y que acumuló unas pérdidas de 461.000 euros. También segó los resultados la firma inmobiliaria Airina, que obtuvo unos números rojos de 184.000 euros.
El diario ‘Ara’ acumula pérdidas desde su nacimiento
Al margen de Agrolimen, la familia Carulla es también máximo accionista del diario Ara, de marcada tendencia soberanista. El periódico acumula 10,6 millones de pérdidas desde su nacimiento, en 2010, a pesar de haber recibido 5 millones en publicidad institucional en siete años. Los números rojos del último ejercicio fueron de 554.947 euros.
Además, en 2016 la Fundación Carulla tuvo que salir al rescate de la empresa editora del medio de comunicación, Edicions de Premsa Periódica Ara. En concreto, concedió al rotativo un préstamo de 500.000 euros; mientras que la firma Acta Diurna –propiedad de la familia Rodés— prestó otros 250.000 euros.