Amazon despide a diario en su almacén satélite de Barcelona
La multinacional estadounidense extiende los despidos de El Prat a su almacén logístico en Sant Esteve de Sesrovires
Cada día, los trabajadores del almacén satélite de Amazon en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona) comienzan su jornada laboral sin saber si ese día ellos serán los elegidos. Los despidos se han convertido en un asunto diario en el segundo almacén de la compañía en Cataluña, el que apoya a la distribución en la región en coordinación con el centro logístico principal ubicado junto al aeropuerto de El Prat. Se trata del almacén satélite del principal y el fantasma del paro toca la puerta a diario.
“Cada día hay uno o dos despidos. Esa ha sido la dinámica después de finalizada la temporada de Black Friday y Navidad. Casi todos tienen contratos temporales, pero el despido puede ocurrir en cualquier momento”, explica un trabajador recién despedido del almacén y que solicitó mantener su nombre en el anonimato.
Ningún empleado entra con la certeza de que podrá seguir trabajando al día siguiente. Los responsables de área supervisan el rendimiento de la plantilla y todos los tiempos están cronometrados. El sistema permite analizar el rendimiento por minuto que tienen los trabajadores en su tarea de despachar los pedidos. La productividad está medida y nadie puede bajar la guardia.
Los despidos constantes llegaron apenas semanas después de la inauguración del almacén, que abrió operaciones de forma coordinada con el centro logístico de El Prat a finales del año pasado. Desde enero, el temor a engrosar la lista del parto se ha extendido por todas las secciones del almacén. A pesar del trabajo duro la plantilla valora los salarios de Amazon, muy por encima del mercado que alcanza hasta los 1.700 euros netos al mes. «Nunca había tenido un trabajo donde me hayan pagado esto, proque yo no tengo estudios», explica el empleado despedido.
Prisas para contratar (y para despedir)
En el centro de Sant Esteve de Sesrovires, operativo casi las 24 horas y con tres turnos de trabajo, decenas de operarios y mozos de almacén gestionan los pedidos para repartir la mercancía a los clientes en Cataluña. Fueron contratados en masa durante los meses de octubre y noviembre, una época en los que la multinacional gestiona la mayor cantidad de compras del año.
El fichaje de operarios se ejecutó contrareloj y, pocas semanas después, la compañía tuvo que ajustar la plantilla una vez cerradas las compras de diciembre, según han admitido a este diario fuentes de Amazon.
Las campañas de contratación estuvieron a cargo de las empresas de trabajo temporal Manpower y Adecco. La avalancha de trabajo y las prisas por la contratación han hecho que las empresas hayan incurrido en errores de cálculo en las horas extras trabajadas. Ahora las compañías reclaman cantidades abonadas de más a los trabajadores temporales.
Amazon nunca prometió contrataciones fijas a los candidatos pero les hizo ver que había posibilidades de quedarse en el almacén, ya que comenzaba desde cero y tenía que cubrir todas las vacantes. Con este sistema, Amazon sólo mantiene a los empleados con excelente rendimiento. Al resto le espera una reunión con los responsables y una carta de despido inmediata. Pero el ritmo de trabajo no baja. Ni las ganas de trabajar en Amazon. Cada día siguen llegando decenas de CV.