Albert Costafreda secuestra los fondos de Panrico con este entramado
El antiguo presidente de la panificadora sólo debe consolidar las cuentas en su family office mientras tiene la mayor parte de la fortuna en los Países Bajos
Dominado bajo llave. Albert Costafreda tiene la fórmula para controlar el dinero amasado con la venta de Panrico en 2005. Sus hermanos Andreu y Joan Lluís quieren más, y por eso han judicializado la actividad de Universal de Panadería y Bollería (UPB) -la sociedad que comparten- con la apertura de cinco procesos. El único objetivo: Vender su participación en la empresa para morder el dinero que el antiguo presidente de la panificadora protege con una compleja estructura societaria, asegura el demandado.
Cómo explicó Economía Digital este jueves, los fondos ingresados hace una década al deshacerse de la empresa familiar fueron a parar a los Países Bajos. Con un patrimonio que ronda los 180 millones de euros, multiplica por tres el de su matriz española. Formada por activos financieros del nivel de acciones y bonos, la firma pende de UPB, radicada ya en Barcelona.
Cuelga al mismo nivel que las filiales dedicadas a el alquiler de bienes inmobiliarios –Malerna SL y Nurietal SL– y UPB Casual Food, que agrupa el negocio de restauración, Sandwich and Friends. Además, también cuenta con participaciones inferiores al 20% en las Bodegas Peñafiel, los fondos de capital riesgo Nauta Invest y las promotoras inmobiliarias Reis Catalunya -en liquidación- y Terracam.
Albert Costafreda, al mando
Las sociedades son las raíces de las que se nutre UPB. Sin embargo, la compañía está dominada con puño de hierro por la rama familiar de Albert Costafreda. Directa e indirectamente controla el 77% de la entidad. Un 8,5% a título individual y un 68,4% a través de Alouco SL. Mientras, Andreu y Joan Lluís se limitan a decidir cada uno por el 11,5%.
Tras LAT 53 y UPB, Alouco es el tercer peldaño de la escalera. Utilizado sobre todo para invertir en varias sicavs, cuenta con un patrimonio de más de 78 millones de euros, según el Registro Mercantil. Con sólo un empleado en plantilla -Albert Costafreda hijo- y una facturación que apenas supera los 600.000 euros, parece sólo un vehículo hasta la cabeza de la serpiente.
La cima del family office del antiguo presidente de Panrico es Gidatxa SL, una empresa con 20 millones de euros de activos y que, según las últimas cuentas disponibles, se anotó unas pérdidas de 250.000 euros en 2014.
¿Para qué sirve tal entramado?
Además de fragmentar el riesgo de las inversiones, el entramado empresarial permite a Albert Costafreda dotar de cierto grado de opacidad a sus negocios. Un hecho que tiene en pie de guerra a Andreu y Joan Lluís. Gracias a situarla solamente en un escalón, evita que UPB tenga la obligación de consolidar las cuentas, cómo reconoce el fallo del titular del juzgado mercantil número 6 de Barcelona.
Universal de Panadería y Bollería se puede acoger a dos salvedades para no tener que extender los resultados. Ni supera un volumen de negocio de 22,8 millones -se queda en 15,67- ni los 250 trabajadores -sólo 25-. Pese a darle la razón al demandado, la sentencia abre la puerta a la «posible obligación de consolidar de la compañía Gidatxa, y con ello la del subgrupo encabezado por UPB». Sin embargo, «no procede entrar en el análisis» debido a que la idea se introdujo tarde en el juicio.
Consolidar o no consolidar. Más allá del debate contable, agrupar los resultados de todas las filiales tiene la importancia de saber si las pérdidas registradas por UPB en 2008, 2012 y 2013 son reales o si, por contra, son provocadas artificialmente para no pagar dividendo a los socios minoritarios, Andreu y Joan Lluís Costafreda.