Abertis ofrece la pipa de la paz a Álvaro Nadal
El nuevo primer ejecutivo de Abertis, José Aljaro, asegura que Álvaro Nadal no ha usado la venta de Hispasat políticamente
Álvaro Nadal parece haberse tomado la opa de Atlantia sobre Abertis como su particular venganza contra el intervencionismo italiano, que frenó la operación contraria hace más de una década y que, con Enel, controla la primera eléctrica española, Endesa. El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital retiene las autorizaciones de las opas de Atlantia y Hochtief (ACS) sobre Abertis –si bien la CNMV no las considera necesarias–, pero el nuevo director general de la concesionaria, en su debut, ha tendido la mano al ministro: “No hay uso político”.
Nadal tiene voz en la opa por la participación de control de Abertis en Hispasat, considerada estratégica por el Gobierno. En tanto en cuanto la opa puede suponer el cambio de propietario de Hispasat, cuyos satélites utiliza el Ministerio de Defensa, el Gobierno debe –o mejor dicho, quiere– autorizarla. Es una muy pequeña parte del negocio de Abertis, pero puede ser clave. La jugada de Abertis para librarse de este posible veto es vender su participación antes de la opa, y lleva ya un año negociando con Red Eléctrica.
No obstante, la operación con Red Eléctrica, que se inició antes de las opas, según José Aljaro, director general de Abertis, está bloqueada porque el Ministerio no autoriza una operación previa: la venta de la participación de Eutelsat en Hispasat (32%) a Abertis, tras la que la concesionaria catalana tendrá el 90% y podrá venderlo a REE.
Aljaro (Abertis) asegura que Nadal no está usando políticamente Hispasat para influir en las opas sobre Abertis
Preguntado por este bloqueo, Aljaro ha defendido la neutralidad de Nadal. “Pensamos que no se está frenando. Hablamos de un Ministerio y de personas profesionales y serias. No podemos dudar de la profesionalidad del ministro”, ha dicho el sustituto de Francisco Reynés como primer ejecutivo de Abertis.
Sobre la venta, ha destacado que se empezó a negociar en enero de 2017, es decir, meses antes de la primera opa, la de Atlantia, por cuestiones estratégicas: la focalización de la compañía en el negocio de autopistas, que supuso la segregación de Cellnex (torres de telecomunicación) y Saba (aparcamientos y parques logísticos, estos últimos ya traspasados).
“La voluntad es venderlo, puede ser una buena opción, porque es nuestro único activo que no es de autopistas. Forma parte de una decisión estratégica, que luego se ha mezclado con otras cosas”, ha dicho en referencia a las opas. Pero ha vuelto a defender a Nadal: “No creemos que haya ningún uso político por parte del ministro”.