Abertis afianza su estrategia: adelgazar en España para crecer fuera
El fin de las concesiones provoca el tercer ERE en seis meses de una Abertis que ya había empezado a recortar con la entrada de Atlantia y ACS
El negocio en España significó en 2019 un tercio de los beneficios de Abertis y este año el porcentaje cae ya a una cuarta parte. El mercado internacional, principalmente Francia y Latinoamérica, supone la gran fuente de ingresos de la multinacional controlada por los Benetton y Florentino Pérez, que ayudada por el Gobierno de Pedro Sánchez, ha decidido apostar ya todo fuera de España.
La última muestra de este viaje internacional sin retorno de la primera concesionaria de autopistas española es el tercer expediente de regulación de empleo en seis meses. Como adelantó Economía Digital, Abertis planteó este jueves a los representantes de la plantilla la intención de presentar un ERE en Acesa, Invicat y Autopistas, tres de las empresas del grupo, que suman 800 empleados.
Las negociaciones de este expediente, que presentará por causas organizativas y productivas, se iniciarán el 2 de julio; será entonces cuando se conocerá la cifra exacta de trabajadores afectados. La inicial, porque luego suele rebajarse el número para buscar el acuerdo con los sindicatos. Así sucedió en el último, cerrado hace menos de cuatro meses. Y es que el de este verano será el tercero en seis meses.
Llueve sobre mojado en Abertis. La compra de la empresa catalana por parte del grupo italiano Atlantia, controlado por la familia Benetton, y las constructoras ACS y Hochtief, lideradas por Florentino Pérez, en 2018 supuso un cambio en la concesionaria. Se empezó a mirar más el gasto y salieron algunos directivos. Alguno lo hizo en dirección a Naturgy, siguiendo a Francisco Reynés, ex consejero delegado de Abertis y ahora presidente de la energética. Otros simplemente salieron ante lo que veían venir.
La llegada de Atlantia y ACS a Abertis supuso el inicio de los recortes y ha terminado con tres ERE
A los mandos de José Aljaro, el delfín de Reynés que posteriormente Atlantia ratificó, la compañía de autopistas empezó a recortar gastos operativos y redujo algunos departamentos a la mínima expresión, aunque evitando el ERE. De hecho, hasta hace menos de un año, no había hecho ninguno en su historia y el convenio blindaba a la plantilla.
Pero José Luis Ábalos se cruzó en el camino de Aljaro y Marcelino Fernández Verdes, mano derecha de Florentino Pérez y presidente de Abertis. El ministro de Fomento decidió que no se renovaría ningun contrato de autopistas ni se volverían a concesionar los peajes, solo el mantenimiento, con contratos muy inferiores y en una liga en la que no juega la empresa catalana.
Esa decisión del Gobierno de Pedro Sánchez supuso que el 1 de enero de 2020 se terminara el contrato de Aumar, concesionaria filial de Abertis que gestionaba parte de la AP-7 y la AP-4 y que era la tercera por beneficios de todo el grupo. El fin de la concesión obligó a la compañía a hacer un ERE, que afectó a 136 personas y que se ejecutó el 31 de diciembre.
El negocio de Abertis en España, en caída libre
El recorte era consecuencia de que el negocio en España se encogía, y así lo muestran las cifras: la facturación en España en el primer trimestre cayó un 25%, hasta los 235 millones, mientras que el ebitda bajó un 28%, hasta los 165 millones. También influyó en esta caída, y mucho, el impacto de la pandemia de coronavirus, pero el negocio nacional cayó más que el internacional y, de hecho, el peso de España en el grupo cayó a menos del 25% tanto en ingresos como en beneficios, algo inimaginable solo dos años antes.
Pero Aumar es solo el principio: el año que se prevé como negro para el negocio de Abertis en España es 2021. La mala suerte ha querido que este 2020 también lo sea, pero el año que viene la empresa perderá tres concesiones más, entre ellas, las más rentable en el país y la segunda de todo su negocio: Acesa, que gestiona la AP-7 norte y la AP-2 de Zaragoza a Barcelona y Tarragona. Eso será en agosto; antes perderá Invicat y Aucat, que gestionan autopistas de la Generalitat de Catalunya.
El fin de estas concesiones es lo que motivó que en febrero presentara un nuevo ERE para estar tres empresas. No habían pasado los tres meses preceptivos entre expedientes, pero al ser en sociedades distintas, pudo tirarlo hacia adelante. El 12 de marzo, dos días antes del estado de alarma, se firmó el acuerdo para la salida de 142 empleados.
Abertis perdió en enero su tercera concesionaria por beneficios y en 2021 perderá la segunda, ambas en España
En total, sumaban cerca de 280 despedidos en tres meses, más otros 160 que salieron del grupo pero subrogados a la nueva adjudicataria de las autopistas que gestionaba Aumar. Sin embargo, muy poco ha tardado la empresa en hacer números y llegar a la conclusión de que el recorte era insuficiente. En menos de cuatro meses, Acesa e Invicat volverán a sufrir un nuevo ERE, que por primera vez impactará en servicios centrales, pues también afectará a Abertis Autopistas de España.
Con este expediente, que podría no ser el último, el grupo quedará ya muy reducido en España, si bien todavía adelgazará más cuando venzan las concesiones, pierda todo el negocio de Acesa y subrogue a la plantilla que quede. Ante este panorama, y que el Gobierno no parece interesado en abrir un debate sobre el pago de las autopistas y autovías, no le queda otro remedio que apostar por crecer en el exterior.
Abertis crece en México y busca oportunidades
Abertis cerró a principios de junio la compra del 51,3% de la concesionaria mexicana RCO por 1.500 millones de euros, cuyo negocio consolidará ya este año, por lo que el peso internacional crecerá en unos 400 millones de ingresos y 300 de beneficio bruto. Esta compra no es una anécdota, aseguran fuentes del sector, sino que la compañía quiere seguir creciendo en el exterior con más operaciones de este tipo.
El grupo participado por Atlantia, ACS y Hochtief exploró también el mercado portugués, pero el fondo de pensiones holandés APG ganó la puja por Brisa. Sin embargo, Abertis sigue buscando oportunidades y explora el mercado europeo y sobre todo latinoamericano, donde pueden surgir más opciones.
El único inconveniente que tiene es una deuda muy alta, de 21.500 millones sin contar RCO. El grupo cuenta con 4.400 millones de caja y crédito disponible para crecer y solo una reducción del rating puede frenarlo.