El tipo de interés de referencia es un indicador clave en el ámbito económico y financiero, ya que determina el costo del dinero en los mercados. Se trata de una tasa establecida por los bancos centrales o entidades financieras que influye en el precio de los préstamos, hipotecas y otros productos financieros.
En la eurozona, el Banco Central Europeo establece el tipo de interés de referencia para regular la inflación y estimular o frenar el crecimiento económico. Cuando este Banco Central Europeo baja los tipos de interés, los créditos se vuelven más accesibles, fomentando el consumo y la inversión. En cambio, si los eleva, se encarece el endeudamiento y se busca controlar la inflación.
Por ello, y a pesar de que existen varios tipos de interés de referencia según el mercado y la región, se trata de un instrumento fundamental en la política monetaria, pues afecta tanto a consumidores como a empresas, influyendo directamente en el acceso al crédito y en la estabilidad de la economía.