TER: todo lo que hay que saber sobre los gastos de fondo

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En el ámbito financiero, existen muchos aspectos que sirven para detallar los aspectos económicos de una transacción económica, sea del tipo que sea. Y dentro de todos estos conceptos, los gastos de fondo, más comúnmente conocidos por las siglas TER, o Total Expenses Ratio, es desde hace años, uno de los más importantes.

En resumidas cuentas, se trata de un indicador financiero que se encarga de relacionar los gastos totales soportados por un fondo de inversión con la cifra de patrimonio medio. Dicho de otro modo, la función principal de este ratio gira en torno a reflejar la proporción de los recursos de dicho fondo empleados para pagar a administradores, auditores, y todo tipo de proveedores de servicios.

Toda la información imprescindible en torno al TER y sus peculiaridades

A grandes rasgos, se trata de una herramienta fundamental para comparar fondos de inversión, puesto que permite a los propios inversores evaluar la eficiencia de la inversión de cada uno de los fondos. Y a diferencia de lo común en términos financieros, un TER bajo es más eficiente que uno alto, ya que significa que destina una menor proporción de sus recursos a cubrir gastos operativos.

Por tanto, un TER bajo cuenta con un potencial mucho mayor que uno alto a la hora de generar beneficios para los inversores. Y para calcular este ratio, simplemente se precisa dividir los gastos totales anuales del fondo por el valor liquidativo medio del fondo, eso sí, siempre durante un mismo periodo de tiempo. Y el resultado obtenido reflejará un porcentaje.

Además de esto, es importante también tener en cuenta todos y cada uno de los gastos asociados al funcionamiento del fondo que son englobados en el cálculo del TER. Entre ellos, destacan en primer lugar las comisiones de gestión, que son las tarifas que cobra la gestora del fondo a cambio de administrar las inversiones del mismo.

En segundo lugar, también es preciso tener en cuenta las comisiones del depósito, que engloba las tarifas que cobra el depositario del fondo por custodiar los activos del mismo. Y en tercer y último lugar, más allá de todos los gastos operativos y administrativos, destacan también los gastos de auditoría, relativos a todos los costes derivados de la acción de la auditoría anual de las cuentas del fondo.

Sin embargo, a la hora de elegir un fondo de inversión, existen otros factores a tener en cuenta más allá del TER. Algunos de ellos son bastante obvios, como puede ser el historial de rentabilidad del propio fondo o su estrategia de inversión. Pero, por encima de todo, los riesgos asociados al fondo también resultan un factor importantísimo, ya que podría determinar la rentabilidad del mismo.

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