Hacienda recauda ingresos públicos en forma de impuestos, tasas o contribuciones a los ciudadanos. Estos términos son utilizados de manera habitual y con un significado similar, pero es conveniente saber sus diferencias para evitar confundirse entre ellos o dar lugar a ideas erróneas sobre su funcionalidad.
Tasas e impuestos
La Ley General Tributaria define las tasas como «los tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio público, la prestación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público que se refieran, afecten o beneficien de modo particular al obligado tributario, cuando los servicios o actividades no sean de solicitud o recepción voluntaria para los obligados tributarios o no se presten o realicen por el sector privado».
En otras palabras, las tasas se pagan por un servicio concreto que recibe un ciudadano. Por ejemplo, pagas una tasa por el suministro de electricidad de tu domicilio o pagas una tasa por la formalización de una matrícula en la universidad.
Por su parte, la Ley General Tributaria describe los impuestos como «los tributos exigidos sin contraprestación cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen de manifiesto la capacidad económica del contribuyente».
Es decir, los impuestos son los diferentes pagos que realiza un ciudadano o contribuyente y que debe realizar al Estado por obtener rendimientos económicos, adquirir bienes y servicios o ser propietario de un bien. Además, el pago de impuestos es de obligado cumplimiento y se pagan sin recibir ninguna contraprestación directa.
Entre los impuestos más comunes encontramos el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto de Sociedades (IS), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD), el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD).
Cuáles son las diferencias entre una tasa y los impuestos
La principal diferencia entre las tasa y los impuestos tiene que ver con la contrapartida que recibes al pagarla, que puede ser directa o indirecta.
Las tasas se cobran como contraprestación directa y determinada de un servicio que recibe el ciudadano. Mientras, los impuestos se utilizan para distintos fines y bienes públicos pero no existe esa relación directa.
También se diferencian en que los impuesto suelen tener carácter obligatorio, mientras que en las tasas si no hay uso o consumo, no hay pago.