Scrip Dividend: qué es y cuáles son sus funciones

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Dentro de todos los anglicismos adoptados por el ámbito financiero y el mundo de las empresas, el término Scrip Dividend es, al mismo tiempo, uno de los más importantes y uno de los más desconocidos. Más conocido por su traducción al español como ‘dividendo en acciones’, es una de las operativas más habituales en el mundo empresarial.

A grandes rasgos, se trata de una modalidad de pago en dividendos, en lugar de hacerlo con dinero, en acciones. Esto quiere decir que esta práctica se basa en que la empresa, con el objetivo de satisfacer las necesidades de sus accionistas, les entrega acciones en lugar de efectivo. Una operación muy habitual en ciertas circunstancias.

Todo lo que debes saber sobre el Scrip Dividend

No obstante, a pesar de su aparente utilidad, es una práctica que se da en ocasiones muy concretas. Generalmente, cuando una empresa no tiene suficiente efectivo como para repartir entre todos sus accionistas. Esto no implica que, por otro lado, esta misma empresa no tenga capacidad para aumentar su capital social, algo que puede realizar a través de la emisión de nuevas acciones.

Una práctica sumamente útil para todas aquellas empresas que se encuentran en plena fase de crecimiento y expansión, ya que el poco efectivo que tienen lo pueden emplear para financiar las inversiones, algo que es habitual en estas etapas prematuras. Y al mismo tiempo, es una recompensa para que los accionistas sigan invirtiendo, incentivando a través de acciones su participación en la propiedad de la empresa.

Y es que para los accionistas también puede ser un tipo de operación rentable, ya que es una forma de aumentar su participación en una empresa sin tener que gastar más dinero. Un hecho que, si la empresa sigue creciendo, se traduce en enormes ganancias a medio o largo plazo para estos accionistas. Aunque, como es lógico, este Scrip Dividend no podrá ser utilizado por los accionistas para cubrir gastos corrientes, ya que no genera ingresos en efectivo.

No obstante, uno de los factores clave que tanto la empresa como los accionistas deben tener en cuenta antes de llevar a cabo esta operación es la cotización de las acciones en el mercado en el momento de la entrega. Y es que en función de si el precio de las acciones es alto o bajo en un momento dado, pueden abrirse dos escenarios para ambas partes.

Si el precio de las acciones es bajo, los accionistas recibirán un número mayor de acciones. Esto supondría una posibilidad de generar más ingresos a largo plazo si la empresa crece, pero el valor total de su participación en la empresa no aumentaría de manera significativa.

Por otro lado, si el precio de las acciones es alto, los accionistas recibirían un número menor de acciones. Esto implicaría una mayor posibilidad de obtener un beneficio fiscal, aunque en función de la cotización de las acciones en el mercado de cara al futuro, el impacto de este número de acciones podría ser inferior al caso anterior.

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